Un alarmante informe periodístico reveló que el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte violenta en la región de La Plata, superando a los homicidios y a los accidentes de tránsito. En el año 2024, se registraron 93 suicidios en La Plata, Berisso y Ensenada, mientras que los homicidios fueron 29 y las muertes por accidentes de tránsito, 64. A nivel nacional, la situación es aún más crítica, con un total de 4.249 suicidios en 2024, la cifra más alta en la historia del país. Estos datos, recopilados por los periodistas Fernando Tocho y Marcela Ojea, ponen de manifiesto la falta de políticas públicas efectivas para abordar la crisis de salud mental.

Una de las historias que más impacta es la de Lara Tolosa Chaneton, una joven de 15 años que se quitó la vida en el Colegio Nacional en 2017. Su madre, Julissa Erretegui, compartió su testimonio para visibilizar el drama y la importancia de prestar atención a las señales. Julissa relató cómo el cambio de escuela y la frustración académica afectaron profundamente a Lara. A pesar de sus intentos por conseguir ayuda del gabinete psicopedagógico del colegio, la falta de herramientas y el estigma alrededor de la salud mental impidieron una intervención efectiva. “No hay una sola respuesta”, reflexionó Julissa, “son muchos los detonantes que llevan a una persona a tomar semejante decisión”.

La historia de Lara resalta el tabú que aún existe en los entornos escolares. Aunque el colegio accedió a colocar una placa en su memoria, el evento no fue difundido y se realizó discretamente, un reflejo de la dificultad para abordar este tema de manera abierta y preventiva. Julissa enfatiza la necesidad de que los padres escuchen a sus hijos y busquen ayuda profesional, incluso cuando la vida diaria los abrume.

El testimonio de Yanina Citarelli, una mujer de 40 años que intentó quitarse la vida en 2022, ofrece una perspectiva de esperanza y recuperación. Yanina, quien atravesaba una depresión, confesó que en el momento en que la salvaron, se preguntó por qué la habían “arruinado la vida”. Sin embargo, con el tiempo y el apoyo de su familia, logró salir adelante.

La historia de Yanina subraya la importancia de la continuidad en los tratamientos y el papel fundamental de la familia en el proceso de recuperación. “Yo tomé conciencia de que hay que tratar todo lo que haya que tratar; las cosas no sanadas”, afirmó Yanina. Hoy, continúa en terapia, estudia para convertirse en instrumentadora quirúrgica y disfruta de la vida. Su experiencia es un recordatorio de que, a pesar de los momentos más oscuros, siempre hay una salida y una oportunidad para sanar.

Estos testimonios son un llamado urgente a la acción para la sociedad y el gobierno. La visibilización del problema, la educación sobre la salud mental y la creación de políticas públicas robustas son cruciales para revertir esta alarmante tendencia. Mientras tanto, para quienes atraviesan una situación de crisis, existen líneas de ayuda disponibles que pueden ser el primer paso para encontrar un camino hacia la recuperación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *