Un pedido de 10 años de condena recayó sobre Josué Omar Centurión acusado por el crimen del kiosquero Rubén Ezquiaga quien, en el mediodía del 13 de enero de 2018, en su kiosco de avenida 122 entre 70 y 80, fue atacado con un cuchillo para luego sustraerle un teléfono celular marca Alcatel, una notebook, y tres mil pesos en efectivo, según dio por acreditado la fiscal de juicio.
Por su parte la defensa oficial solicitó la nulidad de las ruedas de reconocimiento y que se dicte la libre absolución del procesado. El acusado habló. La resolución se conocerá a fin de mes.
El ataque fue rápido y feroz. El agresor apuñaló a la víctima en el tórax y en el abodmen. El comerciante, ensangrentado salió a la calle a pedir ayuda. “Me pinchó, me pinchó por todos lados”, gritaba. Testigos llamaron a una ambulancia y lo trasladaron al hospital San Martín de La Plata donde estuvo tres meses internado hasta su muerte. Nunca más pudo hablar tras la agresión.
Tras escuchar a testigos y analizar la prueba la fiscal Leila Aguilar señaló que la autoría del hecho se probó, entre otras evidencias, con el reconocimiento en rueda de personas que realizaron dos testigos presenciales del hecho. Pero la defensora oficial Verónica Garganta aseveró que esos reconocimientos no deben ser tenidos en cuenta ya que “está teñidos por el sesgo de confirmación de la idea pre constituida de los testigos” a quienes personal policial les mostró “fotos de un Facebook”.
Dos personas que declararon en la audiencia de este jueves 3 de agosto aseguraron que pocos minutos después del hecho personal policial exhibió con un teléfono la foto de acusado, pero también explicaron que otros testigos (que no fueron identificados) mencionaban a otra persona de la zona como el posible autor del hecho de sangre. Ante este “margen de duda” debe prevalecer “el principio de inocencia”, sostuvo la defensora oficial.
El acusado llegó a juicio acusado de “homicidio criminis causa” (matar para lograr cometer el delito y/o lograr impunidad), pero la fiscal dijo que no se pudo probar esa situación y solicitó la condena por homicidio en ocasión de robo, por el que solicitó se dicte una condena de 10 años de prisión. Al escuchar el pedido de condena, una familiar del acusado, rompió en llanto y decía en voz alta, “es inocente, es inocente”.
Por su parte la defensa oficial, en un planteo subsidiario, solicitó que se aplique el mínimo de la condena por ese delito, es decir, 10 años. El acusado lleva un lustro tras las rejas.
Tras los alegatos y las réplicas, los jueces del Tribunal Oral Criminal (TOC) I de La Plata, le dieron al acusado la posibilidad que haga uso de su derecho a tener la última palabra: “Yo soy inocente, no maté a nadie”, expresó Centurión.
La lectura del veredicto será en la última semana de agosto, según dispusieron los jueces Ramiro Fernández Lorenzo, Hernán Decastelli y Cecilia Sanucci