Hace años que expertos y vecinos vienen reclamando una mejora en el sistema de seguridad de la catedral de La Plata. Y no es de extrañar, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de la de mayor superficie en toda América del Sur, con cerca de 7.000 metros cuadrados. Estas dimensiones, además de atraer a miles de turistas al año, también la convierten en una de las catedrales más grandes del mundo, motivo que le ha valido estar inscripta en los mármoles del piso de la Basílica de San Pedro (Roma) desde 1996.


Pese a su innegable importancia, la construcción cuenta a día de hoy con sistemas obsoletos de seguridad, que ponen en riesgo la estabilidad de la infraestructura en caso de incendio. Esta situación se arrastra desde 1999, año en el que se terminó la edificación de las torres del frente. En aquel momento se estudió la posibilidad de instalar un sistema de rociadores pero fue descartado ante la posibilidad de que el agua pudiese dañar la estructura al depositarse en los techos. Ahora, la gobernación bonaerense ha confirmado que el templo será objeto de obras de mejora en los próximos meses con el objetivo de garantizar su seguridad.

La decisión de dotar a la catedral de sistemas más novedosos en caso de que se origine fuego en la infraestructura se tomó después del terrible incendio que sufrió la catedral de Notre Dame el pasado mes de abril. Las investigaciones sobre qué ocurrió aquel día y qué fue lo que ocasionó el inicio de las llamas en el templo gótico todavía siguen abiertas, e incluso se habla de posibles negligencias por parte del personal trabajador de la catedral. Del mismo modo, las tareas de reconstrucción también se encuentran activas, aunque las diferentes opciones que se han propuesto han generado gran controversia en la capital francesa.

Mientras un gran sector de la población opta por levantar el tejado y la aguja de la catedral tal y como eran en su origen, otros apuestan por darle un toque novedoso a la construcción. Así, del mismo modo que otros edificios de gran antigüedad son empleados actualmente con diferentes funciones para los que fueron concebidos -como el Teatro Marcelo de Roma, que alberga apartamentos; la antigua estación de tren de Orsay hoy reconvertida en el Museo de Orsay en París, o el teatro Hippodrome de Londres, que hoy alberga un casino en el que se llevan a cabo torneos de carácter internacional como el PokerStars Festival son muchos los que opinan que la cubierta de Notre Dame debería convertirse en un huerto urbano, en un criadero de abejas o incluso en una piscina.

No obstante, y a pesar de las múltiples propuestas, todo apunta a que Notre Dame tratará de mantener su esencia. Una esencia que perdió por culpa de fuego y que hizo florecer el miedo en el resto de catedrales del mundo, entre ellas la de La Plata. Así pues, la empresa Colombi SA será la encargada de instalar un nuevo sistema de detección temprana y extinción de incendios que no emplea agua, sino que mezclará el enfriamiento de la zona con la aspiración del humo. La incorporación de este sistema es especialmente importante en los entretechos de la catedral, pues es acá donde se encuentra el tendido eléctrico de la nave central. No obstante, también se incorporará a otras áreas como el museo, la Casa Parroquial, la Fundación Catedral, las dependencias anexas y las aulas. Todas estas zonas serán controladas a través de un nuevo sistema de videovigilancia de circuito cerrado. El costo total de la obra será de $19.636.975.

 

Foto: Wikimedia // Dario Alpern // CC BY SA 3.0

Asimismo, también ha trascendido que el Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires ha adjudicado un total de $35.729.216 para una segunda fase destinada a finalizar la conocida como Torre María. En ella está previsto instalar un ascensor de vidrio desde el que se podrá observar el interior del templo y el campanario. Además, se licitará la renovación del servicio de limpieza y mantenimiento.

Con estas obras de mejora, el templo platense se protege ante la posibilidad de sufrir un incendio como el que asoló Notre Dame. No obstante, los expertos también señalan que en el caso de que se llegase a declarar fuego en la catedral, este sería menos devastador que en su homóloga parisina, puesto que el techo del templo neogótico es de hierro y no de madera como en el caso de la construcción francesa. Eso sí, todos los elementos del techo a dos aguas de la nave central están revestidos en madera, lo que significa que, si bien el techo no se vendría abajo, sí se perdería toda la decoración.

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