La paciencia de los vecinos de la zona de calles 21 y 173 llegó a su límite. A cuatro meses de haber comenzado la obra de asfalto por parte del municipio, los trabajos se encuentran inexplicablemente paralizados, generando graves inconvenientes y un profundo malestar entre los residentes.

La situación, que ya era preocupante, se agudiza con el relato de los propios damnificados. En un video que circula en las Redes Sociales, una mujer visiblemente molesta expresó: «Tuvimos que hacer nuestras propias entradas a los garajes». Esta declaración pone de manifiesto la falta de planificación y el abrupto abandono de la obra, dejando a los vecinos a merced de su propia iniciativa para poder acceder a sus viviendas.

El mismo relato expresa; «hay vecinos que no pueden sacar ni meter los autos a su casa», evidenciando la severa afectación en la vida cotidiana de la comunidad. Los montículos de tierra y la falta de nivelación dificultan la circulación vehicular y peatonal, generando frustración e impotencia.

Pero la problemática no se limita al asfalto inconcluso. En la misma esquina de 21 y 173, los vecinos también denuncian el abandono de otra obra crucial: la construcción de desagües. Iniciados hace más de un año, los trabajos también quedaron a medio hacer, dejando «solo caños en la calle y agujeros», según el testimonio de la residente.

El peligro que representan estos agujeros en medio de la calle y los montículos de tierra es una constante preocupación para los vecinos, especialmente para niños y adultos mayores. La falta de señalización adecuada aumenta el riesgo de accidentes en una zona que ya de por sí se encuentra deteriorada.

Los vecinos no dudan en calificar la situación como un «abandono total del municipio» hacia la comunidad. La falta de respuestas y la prolongación de las obras inconclusas alimentan la sensación de desidia por parte de las autoridades locales.

La situación se torna aún más crítica en los días de lluvia. Tal como denuncian y muestran los vecinos, la calle se transforma en una «pileta» que les impide salir de sus hogares. Esta problemática, que se arrastra desde hace más de un año, evidencia la falta de soluciones concretas por parte del municipio y el sufrimiento constante que padecen los residentes.

Ante este panorama desolador, los vecinos de la zona de 21 y 173 exigen respuestas y una pronta reactivación de las obras. Solicitan al municipio que tome cartas en el asunto y concrete los trabajos de asfalto y desagües de manera urgente, poniendo fin a la incertidumbre y los inconvenientes que afectan su calidad de vida. La paciencia se agota y la necesidad de soluciones concretas se hace cada vez más apremiante en este rincón de Berisso.

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