a person walking on a wet street at night

Andrés, un jovencito de sonrisa alegre, vende diarios en una conocida esquina de su pueblo. Es el mediodía y no ha vendido nada, el titular anuncia: «Las medidas del gobierno dejan a miles de trabajadores sin empleo».

De pronto, varios patrulleros colman las calles. Periodistas llegan desde grandes ciudades. Andrés se acerca y escucha la horrible verdad: «Un niño de cuatro años ha desaparecido». Todos hablan de un árbol de naranjas.

Andrés recordó ese lugar. Aquel árbol era una trampa para los inocentes.

Ante el recuerdo, Andrés corrió a la comisaría.

«¡Oficial! ¡El árbol es una ilusión! Aparece repleto de naranjas, pero cuando te acercas, se transforma. Y de él emerge ¡El Hombre de traje Negro! 

Él secuestra a los niños.

El oficial no le creyó: «Andá, pibe, esto es serio. Seguí vendiendo diarios». Andrés sabía la verdad y debía probarlo.

Al día siguiente, Andrés partió hacia el naranjo, temblando de miedo. Recordaba cuando, de pequeño, una oscura forma lo tomó por detrás. Ningún niño debería ver tanto espanto, pensó. 

Al llegar, las naranjas brillanban sonrientes ante él.

Andrés trepa al árbol con mucho cuidado. Al instante, el Hombre de traje Negro apareció, y las naranjas desviaron la mirada. 

«Ya sos un poco grande para estar aquí, vete». Andrés se aferró a las ramas sin dudar.

Mientras trepaba, imágenes horripilantes revelaban la maldad de los Hombres de traje Negro. En la cima, un cuadro, mostraba a jueces, gobernantes, policías y serviles peones generando maldad. Andrés tapó la escena con su abrigo.

Finalmente, encontró al niño tembloroso en lo más alto del árbol. 

Juntos regresaron por un viejo sendero. La policía buscaba pistas ilusorias, pero Andrés conocía a los mentirosos.

Después de dejar al niño con su familia, Andrés volvió a casa, cansado pero victorioso. Sin embargo, respiraba furia pensando en los malvados impunes. ¿Cuántos niños más desaparecerían?

Esa noche, una voz en la oscuridad dijo: «Eres el que salvó al niño. Yo conozco tu deseo. Desde hoy, ¡serás un cazador!. Las noticias anunciaron muertes espantosas de personajes públicos y también de hombres comunes y de algunas mujeres, todos llevaban trajes negros.

En la esquina donde Andrés vendía diarios, una naranja metálica con alas de acero apareció con la leyenda: 

«¡Con los niños NO, o serás hombre muerto!«

A los pocos días, Andrés recibió un nuevo mensaje críptico: «El árbol de naranjas es solo el comienzo. La raíz del mal se esconde en la ciudad de las luces ilusorias». 

Andrés comprendió que su misión apenas comenzaba. Se desvaneció en la noche, listo para enfrentar el próximo desafío.

La leyenda de «El Vengador Anónimo» crecía, y con ella, la pregunta: ¿qué viene después?

Patricia Alejandra Cerdá Íñiguez.-

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«La justicia es la virtud del valiente». Platón.

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