Según confió la víctima a la policía, la pesadilla comenzó alrededor de las 4.15 del pasado lunes, cuando una serie de ruidos provenientes del exterior de su casa lo despertaron.
El hombre jamás imaginó que detrás de su puerta se encontraba una banda armada y decidida a todo con tal de cumplir su objetivo.
Por ello, confiado en que se trataba de su hijo decidió abrir. “Sos vos hijo”, alcanzó a preguntar y en ese momento inició el calvario.
El primer y sorpresivo culatazo, que fue a dar a su pómulo izquierdo, provocó que cayera desplomado al suelo. Pese a verlo tendido en el piso, el delincuente que lo abordó continuó con la embestida aplicándole otro golpe con la culata de su arma, esta vez en la nuca.
Inmediatamente comenzaron las amenazas y las preguntas incisivas. “¿Dónde tenés la plata?”, y “si no colaboras la vas a pasar muy mal”, fueron las frases que le quedaron grabadas del primer contacto que mantuvo con los hampones.
Tras dominar la situación, el individuo realizó una serie de señas por la ventana e ingresaron otros dos malvivientes que se encargaron de revisar cada rincón de la casa. Transcurridos unos minutos, decidieron abandonar la morada con un botín compuesto por dos televisores, $40.000 y un celular.
Tras la huida, la víctima salió de su casa a ver si se habían llevado su coche y en ese momento pudo obtener un dato que podría ser determinante para este caso y otros ocurridos en los últimos días: la entradera ocurrida el sábado en 62 y 143 y el asalto cometido ayer en 67 y 132 (ver aparte).
Basándose en el intento de apoderarse del auto del damnificado, el modus operandi y el rodado en el que se trasladaban, un Renault Sandero blanco, ahora investigan si se trata de la misma banda que realizó otros ataques en la región.