Las primeras versiones en base a testimonios de vecinos indicaban que el padre de la menor embarazada abusaba sexualmente de sus cuatro hijas y que el bebé muerto había sido producto de una violación.

Una pericia de ADN y varias pericias de distintas especialidades rebatieron esa versión vecinal, pero ya era tarde. El matrimonio estaba detenido, los vecinos incendiaron la casa y las menores fueron institucionalizadas en hogares de tránsito donde, además, fueron maltratadas.

Las identidades de los protagonistas se mantendrán en reserva, ya que fueron liberados de culpa y cargo. Estuvieron nueves meses detenidos hasta que la Cámara de Apelaciones y Garantías local les dio la libertad por “falta de mérito”. Atravesaron nueve años de proceso acusados de permitir la muerte de su nieta recién nacida, pero una pericia clarificó el panorama.

El expediente se inició a fines de julio del año 2015 con el hallazgo del cuerpo de lo que se suponía era un bebé tirado en un descampado y con partes de su cuerpo comido por perros y alimañas. La acusación: abandono de persona agravado por tener la guarda en concurso real con abandono de persona agravado por muerte.

Las primeras investigaciones llevaron hasta una humilde vivienda a pocas cuadras del lugar, donde vivía un hombre con sus cuatro hijas.

El pequeño cadáver fue llevado hasta la mesa de autopsia donde extrajeron muestras de los órganos para su análisis. En el informe se detalló que la beba nació muerta, pero ese dato central fue pasado por alto en la etapa de instrucción.

Las fechas de nacimiento y tiempo de vida de la beba que figuraban en el expediente no eran claras, mostraban contradicciones. Para un médico forense, la beba vivió una semana. Pero otras evidencias no coincidían, algo no estaba bien en la línea temporal del caso.

Una menor de 14 años había quedado embarazada. No le dijo a nadie de su familia. Sus padres no sabían. Dio a luz en el baño de su casa. Su novio de entonces y padre de la criatura la ayudó en el parto casero, tomó el cuerpo y, se sospecha, lo arrojó en el descampado. El joven, hoy ya adulto, no fue investigado.

En la audiencia que se desarrolló este martes en la sede del fuero Penal de La Plata, la fiscal de juicio Victoria Huergo desistió de acusar. Fue tras escuchar a una perito y analizar varias veces el expediente.

Silvana de Piero fue la médica de Policía Científica que realizó la pericia a las muestras de los órganos del cuerpo de la beba. Con 20 años de experiencia en la materia no vaciló en sostener que “la beba falleció en el útero, nació muerta, fue un fallecimiento intrauterino”. Esta información estaba prácticamente en el inicio de la investigación penal.

Luego, declaró la joven que dio a luz. Quedó embarazada a los 14 años, su novio tenía 17. Les ocultó el embarazo a sus padres. La situación familiar y económica era muy frágil, no quería “decepcionarlos” para cumplir con un mandato de su padre que cursaba una grave enfermedad: “Primero los estudios”.

La joven aseveró que “no recuerda” haber escuchado llorar a su hija tras el parto. “No me acuerdo su cara, cometí un error” y se quebró en llanto. Luego de unos instantes, la mujer tomó fuerzas y continuó con su exposición: “Cuando la tuve, no la escuché llorar”. Su novio “se llevó a la beba, volvió me ayudó a limpiar la sangre del baño y por un tiempo no lo vi más, no me atendía el teléfono”.

“Hice sufrir a mis papás, yo quería que estén orgullosos de mí”, expresó ante la atenta mirada de los jueces. Un informe escolar da cuenta que se trataba de una alumna aplicada y con buenas calificaciones.

Tras un breve cuarto intermedio, los jueces del Tribunal Oral Criminal IV de La Plata escucharon el planteo de la fiscal Huergo. “La versión de la joven tiene su correlato en el expediente”, señaló.

“El feto nunca respiró, por eso la joven nunca lo escuchó llorar”, describió la fiscal quien no dudó en sostener que esa causa Penal en una “tragedia estatal, una tragedia judicial para esta familia”.

“Se valoró la prueba de manera segmentada, a la tragedia personal de la familia se sumaron problemas del sistema judicial, no hubo nacimiento, lo que hubo fue la expulsión de un feto sin vida”, describió Huergo.

En uno de los momentos más salientes de su exposición, señaló que “en nueve años nadie levantó el teléfono para hablar con los peritos, no lo hizo la fiscal, no lo hizo el juez de Garantías, no lo hizo la Cámara de Apelaciones”.

Para la funcionaria se trata de “una tragedia institucional estatal, ceguera colectiva de todos, es muy grave y sin sentido”. Luego recordó que durante el allanamiento a la vivienda “no había pañales, no había caca de bebé, no había chupetes ni mamaderas ni leche de fórmula, tampoco ropa sucia, nadie se preguntó por qué la beba tenía el estómago vacío”.

“No encuentro ningún elemento sólido que permita sostener la acusación, tengo que pedir disculpas a todos en nombre del Estado”, cerró su alegato la fiscal.

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