Estudios recientes subrayan la extrema vulnerabilidad de los niños actuales ante el abuso y maltrato de ésta sociedad, instando a una mayor responsabilidad social y mejor manejo de la salud mental.
Las noticias son muestras emergentes de las sociedades en las cuales se producen y una difundida recientemente expresa de manera brutal, una vez más, el grado de indefensión y vulnerabilidad que enfrentan los niños, además de los costos que esto implica en la salud mental de quienes serán, en algunos años, adultos viviendo las consecuencias de esos desórdenes que comenzaron en la infancia.
Entre estas, hay algunas noticias que superan el horror y en las cuales el tema central, si bien es social, vemos reflejada de manera directa situaciones donde la salud integral, y dentro de ella la salud mental, están en grave peligro.
Es por situaciones como estas que en el mundo se le presta cada vez más atención al tema de la salud mental infantojuvenil, desestimada durante tanto tiempo con base en tabúes de la infancia, como la etapa idílica.
Sin embargo, las causas de afecciones neuropsiquiátricas en la infancia son múltiples: aumento de las tasas de obesidad, de patologías bucodentales, de problemas de salud mental y de la mortalidad infantil. Asimismo, pusieron énfasis en el incremento de patologías infantojuveniles.
De alguna manera, a pesar de que la historia demuestra todo lo contrario, la idea de que la infancia es una etapa feliz de la vida aún es un tema frecuentemente repetido. La idealización de la infancia o quizás el olvido de nuestro propio pasado, ya que obviamente todos hemos sido niños pero tal vez no lo recordamos, hace que sea crónicamente una población descuidada, olvidada y sin voz. También genera que sea la que más sufre las consecuencias del mundo adulto, en el que viven.