El intendente radical de Berisso tiene mandato hasta el 10 de diciembre, sin embargo su gestión está paralizada desde el 27 de octubre
El resultado electoral que se conoció la noche del 27 de octubre último, fue un golpe de knock out para Jorge Nedela y su equipo de gobierno. A partir de allí, se profundizó lo que hasta el momento era una mala gestión, maquillada con un marketing político que a esta altura dejaba traslucir sus peores rasgos. Autoritarismo, nepotismo, maltrato a los trabajadores municipales y fundamentalmente un descalabro económico provocado por desmanejos financieros e innumerables » kioscos» regentados por algunos funcionarios. Naturalmente este combo tuvo su reacción en las urnas, donde a nivel local el ex profesor sacó menos votos que el propio Mauricio Macri.
Lo que nadie vislumbraba era la poca responsabilidad institucional del jefe comunal y gran parte de su gabinete. A más de dos semanas para el traspaso de mando tenemos un jardín que hace 20 días no tiene clases por una invasión de roedores. Municipales atendiendo en la calle porque su lugar de trabajo estaba electrificado. El centro de monitoreo paralizado porque no hay agua tras la rotura de una bomba elevadora. Vecinos de Los Talas desesperados para recibir unos litros de agua que ya pagaron. La franja tapada de basura porque no hay camiones recolectores desde hace una semana. Proveedores que denunciaron el pedido de un 7% de coima si querían cobrar lo adeudado.
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En tanto Nedela está preocupado por «meter» al juez de faltas antes de retirarse y así acomodar a otros de los suyos, como cuando no tuvo empacho a imponer a la sobrina de Raul Murgia como tesorera, sin contar las febriles acciones para pasar a planta a funcionarios y familiares antes que suene la campana, olvidándose del pacto fiscal que firmó. Una postal de la situación son trabajadores de la delegación zona 2, quienes transcurren su jornada laboral deambulando por las oficinas, porque no hay elementos básicos para desarrollar su tarea.
La transición está condicionada, ya que por orden del actual intendente aún no se le entregó la clave Rafam a los enviados del intendente electo. Vale decir que no se conocen los números reales, la deuda ni los movimientos de cuentas de un gobierno que se presentaba como transparente. La única razón lógica por la negativa en la entrega de dicha clave, es el ocultamiento de lo que se sospecha será un escándalo de proporciones. Por lo bajo, son los propios empleados quienes ratifican que están utilizando el tiempo para dibujar los números de la economía, borrando huellas que los podría llevar a enfrentar una causa penal por desfalco.
Ahora se entiende el famoso dicho amenazante de Nedela: » NO LES VOY A PERMITIR». En realidad lo que buscaba era amedrentar a los pocos que cuestionaban la transparencia en la gestión y denunciaban maniobras fraudulentas cobijadas en la complicidad de los medios cómplices y también beneficiarios de tan condenable práctica.
