“Safari Fotográfico” no es una composición que se utilizaba tanto cuando yo iba a la escuela. La primer palabra, me remonta a la imagen de gente adinerada, con armas, en vehículos veloces, creyéndose poderosa por poder matar a un animal indefenso.
Y aunque la cacería solía hacerse en un coto de caza, con animales exigidos a permanecer dentro de un territorio para esta actividad, los participantes, mostrarían los trofeos de sus presas, cuál héroes, rebosantes de su propio ego por su supuesta haza.
Por suerte los tiempos cambian y en este caso para mejor. La palabra “Safari” (que significa viaje, en su origen Africano), hizo sociedad con la Fotografía y este emprendimiento consiste en tener más que dinero, voluntad y paciencia. Algo no menos valioso.
¿Qué se necesita para practicar esta modalidad?, cualquier dispositivo que tome fotografías.
Los profesionales con cámaras adecuadas para capturar a distancia y en movimiento. Sin embargo es algo que yo practico con mi simple celular, nadie puede evaluar más que uno el disfrute de ejercer la observación y tomarse el tiempo para disfrutar de una manera diferente un paseo.
¿Que nos aporta esta actividad? Resignificar un lugar.
Generalmente pasamos por un sitio, a veces a diario y lo vemos, pero no lo observamos.
Cuando uno decide tomar una foto, debe detenerse, elegir el objeto a fotografiar.
Fundamental saber si está en cuadro, si se ve nítidamente, si vale la pena ese ángulo o puede mejorarse desde otro.
Si es un pájaro, un insecto o vegetación, debemos ser pacientes, esperar que se detenga, se pose o que el viento o el sol, nos permitan capturar la mejor versión.
No solo apreciamos con este ejercicio el sector elegido, sino que nos abstraemos de los problemas cotidianos, nos damos permiso para solo observar, tener paciencia y un momento de calma para realizar esta tarea.
Por eso están teniendo tanto éxito, se realizan en distintos lugares, paseos o viajes. Algunos más costosos por la movilidad y servicios y otros cuestión de organización para formalizar el encuentro.
Lo viví cuando fui a realizar el video en la laguna “Los Patos” sobre el diagonal 74, entre La Plata y Punta Lara, Ensenada. Es increíble la cantidad de aves, vegetación, que no estamos habituados a ver o escuchar.
Un lugar de fácil acceso, que es ideal para combinar el arte, el deporte, el relax y un paseo al aire libre que nos deje el rédito de poder mostrarlo de una manera diferente.
Les comparto mi video y me permito insistir en que tengamos presente que cualquier lugar que elijamos para disfrutar, debemos dejarlo en iguales o mejores condiciones de lo que lo encontramos. No dejes residuos.
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Gisela Dello Russo @Veoveo__