Frente a la costa de Berisso, como un secreto bien guardado en las aguas del Río de la Plata, se alza la Isla Paulino. Este pequeño paraíso fluvial, accesible solo por embarcación, encierra una rica historia ligada al desarrollo del Puerto de La Plata, la inmigración y una comunidad isleña que ha sabido preservar su identidad y su conexión única con la naturaleza.

Originalmente, la Isla Paulino formaba parte de la porción oriental de la Isla Santiago. Sin embargo, su destino cambió radicalmente con la construcción del canal de acceso al Puerto de La Plata, una obra de ingeniería impulsada por Dardo Rocha a fines del siglo XIX. La excavación de este canal separó una porción de tierra, dando origen a lo que inicialmente se conoció como Isla Santiago Este.

El nombre actual de la isla rinde homenaje a Paulino Pagani, un emprendedor italiano que llegó a la zona en 1887, en pleno auge de la construcción del puerto. Pagani se instaló en la isla y vislumbró su potencial turístico, creando un recreo que atrajo a los primeros visitantes. Su visión y su trabajo fueron fundamentales para el desarrollo inicial de la isla, marcando su identidad para siempre.

Un Crisol de Culturas y Productividad:

A principios del siglo XX, la Isla Paulino se convirtió en un crisol de culturas, habitada principalmente por inmigrantes que encontraron en sus fértiles tierras un lugar para trabajar y construir sus hogares. La producción de vino de la costa, elaborado con la particular uva Isabella adaptada a la humedad del Delta, se convirtió en una de las actividades distintivas de la isla. También prosperaron las plantaciones de tomate, hortensias y diversos árboles frutales, como durazneros, ciruelos y manzanos.

Durante varias décadas, la Isla Paulino fue un centro de referencia productiva, cultural y turística para la región. Sus paisajes pintorescos, sus playas sobre el Río de la Plata y la tranquilidad de su ambiente atraían a visitantes en busca de un escape de la vida urbana. El emblemático Hotel Paulino Pagani se erigió como un punto de encuentro y alojamiento para los turistas.

De la Prosperidad al Desafío:

Sin embargo, la historia de la Isla Paulino también ha estado marcada por desafíos. Las sudestadas, con sus crecidas del Río de la Plata, han azotado la isla en varias ocasiones, causando inundaciones y pérdidas significativas. La década de 1960 marcó un punto de inflexión, con una declinación económica que llevó al abandono de la actividad productiva a gran escala y al traslado de muchos de sus habitantes al continente.

Un Presente de Resistencia y Reencuentro:

Hoy en día, la Isla Paulino alberga una comunidad resiliente que lucha por preservar su patrimonio natural y cultural. Alrededor de una quincena de familias, muchas de ellas con varias generaciones de isleños, mantienen viva la esencia del lugar. El turismo ha resurgido como una actividad importante, con visitantes que llegan en busca de la tranquilidad de sus playas, la belleza de su naturaleza y la oportunidad de degustar el tradicional vino de la costa y los dulces caseros elaborados con los frutos de la isla.

Un Edén para Explorar:

Para llegar a la Isla Paulino, es necesario tomar una lancha colectiva que parte desde el embarcadero del Club Náutico de Berisso. El corto viaje fluvial transporta a los visitantes a un mundo aparte, donde el tiempo parece detenerse. Entre sus atractivos se encuentran:

  • Playas sobre el Río de la Plata: Ideales para relajarse y disfrutar del paisaje.
  • El espigón de pesca: Un punto de encuentro para los aficionados a la pesca deportiva.
  • La Quinta de Miguel: Un establecimiento emblemático donde se cultivan frutales y vides, ofreciendo degustaciones y productos artesanales.
  • Senderos naturales: Que invitan a explorar la flora y fauna del monte ribereño.
  • El recuerdo del Recreo Pagani: Evocando los inicios turísticos de la isla.

La Isla Paulino es mucho más que un destino turístico; es un testimonio vivo de la historia de Berisso, del espíritu emprendedor de sus primeros habitantes y de la tenacidad de una comunidad que ama su pedazo de tierra rodeado de agua. Visitarla es sumergirse en un edén fluvial con una historia fascinante esperando ser descubierta.

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