Santafesina de nacimiento, guardaba siempre sus formas frontales y amenas de manejarse, las mismas que la transformaba en una típica berissense, de esas que hicieron de ésta ciudad lo que hoy es.
Con una vida transcurrida en Berisso, Lurani ocupó diversas funciones públicas durante las intendencias de Carlos Nazar, de su esposo, Enrique Nadeff y de Néstor Juzwa, llegando a ser, en su etapa de concejal, Presidente del bloque del peronismo.
También formó parte de la mesa directiva del Partido Justicialista local, donde militó incansablemente al igual que su esposo Enrique Nadeff, con quien ha dejado un legado político que hoy transcurre gran parte de su familia, incluido su hijo el Dr. Miguel Nadeff, quien mantiene junto a su hermana «Lala» y a Martín el fuego político de los Nadeff.
Firme, enérgica, decidida, amena, familiera, frontal, amiga, compañera, son palabras que a la Gran Eva Lurani, le sentaba perfecto.
Su apoyo a los más jóvenes dejó una marca imborrable en toda una generación; «Nunca se dejen pisar la cabeza muchachos, que los viejos no los corran háganse su espacio, militen, ayuden, no importa que le digan pavadas, uds son muy importantes para el Movimiento Peronista…», solía repetirle a la juventud, la misma a la que «bancaba» cuando algún político la menospreciada.
La familia Nadeff perdió una de sus integrantes, Berisso perdió una ciudadana y el peronismo perdió una Gran Militante, con aciertos y errores, pero plena, pura y «compañera». Hasta siempre Señora Eva.