Con la voz quebrada por la angustia y mostrando fotografías impactantes de la última inundación que azotó su vivienda, una vecina de Villa Argüello se hizo presente en el Concejo Deliberante para realizar un dramático pedido por el urgente saneamiento del arroyo «Saladero». Visiblemente afectada, la mujer, quien aseguró ser conocida por muchos de los presentes, denunció la desidia y la falta de respuestas ante una problemática que la afecta directamente y de manera recurrente.

«Ya es la tercera vez que vengo acá, no es la primera», comenzó diciendo la vecina, dejando en claro la reiteración de sus reclamos ante las autoridades. Su principal exigencia se centró en la inmediata intervención en el arroyo «Saladero», describiéndolo como un foco constante de inundaciones que ponen en riesgo su integridad y sus bienes.

Con fotografías en mano, la mujer ilustró la magnitud del problema: «Esa es la entrada de 7 y 130, hace años no limpian cómo debe ser. 2,5 metros de ancho y 2 metros de profundidad. Es la sexta vez que vengo y todos lo saben, estuve hasta en la comisión de Obras Públicas. Sigo con la misma problemática acá».

La vecina insistió en la necesidad de una solución definitiva y apuntó directamente a la acción concreta que espera del municipio: «Necesito que solucionen de una vez el problema. Y que la máquina esté inmediatamente colocada en la esquina de 7 y 130, haciendo que el arroyo tenga 2,5 metros de ancho y 2 metros de profundidad. Porque yo me ahogo en las inundaciones».

En un tono de desesperación, interpeló directamente a algunos ediles presentes: «Vos estuviste en mi casa y vos estuviste…», señaló a Gabriel Marote y otros concejales, buscando generar conciencia sobre la realidad que vive. «¿Y yo qué hago? ¿Cómo tenemos que hacer, muchachos, de qué manera tengo que pedirles?».

La mujer recordó promesas incumplidas: «Hablé con muchos, me prometieron que cada 15 días el arroyo se iba a limpiar. Ahora parece que se olvidaron. ¿Vos podés mostrar y demostrar como presidente de tu bloque que el arroyo se limpió?», interpeló directamente a Marote, evidenciando su frustración por la falta de avances.

Visiblemente molesta por la dinámica de la sesión, expresó: «Vamos, gente, ustedes son los que nos representan. Y hace una hora que estoy acá parada escuchando hablar del Papa nuevo de Perón y no sé quién más… ¿Y yo?».

La vecina describió cómo el arroyo «Saladero» se convierte en un torrente peligroso durante las lluvias: «El arroyo del Saladero trae toda el agua de La Plata, toda el agua de lluvia de Villa Argüello y pasa por la puerta de mi casa como un río. Y yo tengo mi hija con el auto bajo el agua. Asientos, alfombras, el piso ya está todo podrido».

El cansancio y la impotencia eran palpables en sus palabras: «Yo ya no sé qué hacer. Estoy cansada. Estoy cansada de ver caminar la mierda por la puerta de mi casa. Ojalá me entiendan. Me rompí el alma por comprar esa casa para mí, para mis hijos y para mis nietos. Necesito una respuesta».

Finalmente, la vecina recordó un pedido realizado al inicio de la gestión del intendente Fabián Cagliardi: «Cuando asume Fabián, yo le pedí, hacéme la gauchada, no lo cortes el plan de obra con la máquina en la esquina, seguilo. Seis años hace de esto. ¿Vos viste la foto? Sí, vos viste la foto, bueno, no hizo nada».

La situación se agrava aún más por la falta de infraestructura cloacal en su vivienda: «Y no solo eso. Sino que aparte yo no tengo cloacas, por lo que todos los desbordes de todas las cloacas del barrio terminan en mi casa. Es indignante. Es indignante. Es indignante que yo tenga que venir acá a hacer el reclamo porque a mí el intendente no me atiende y no atiende a mi marido».

El desesperado testimonio de esta vecina pone de manifiesto la urgencia de una intervención integral en el arroyo «Saladero» y la necesidad de que las autoridades municipales brinden respuestas concretas a los vecinos afectados por esta problemática que se repite con cada lluvia. La comunidad de Villa Argüello espera acciones inmediatas para evitar que las inundaciones sigan causando daños materiales y poniendo en riesgo la salud y el bienestar de sus habitantes.

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