Hay un mercado de los créditos que se manejan en la informalidad y por fuera del sistema financiero, un mercado en el que compiten decenas de prestamistas y que multiplicaron sus ganancias ayudados por la alta inflación y la necesidad de mucha gente que no accede a prestamos personales en entidades bancarias oficiales, la tasa de interés que cobran por prestar en plazos reducidos llega hasta el 240% anual.

A la vista de todos, sin ningún tipo de control la usura se ejerce a diario en Berisso teniendo como victimas a los mas necesitados, a jubilados y a los trabajadores informales que no reúnen los requisitos para la banca oficial. El atraso en el pago de las tarjetas de crédito, también implica costear un  usurario  interés que va muy por encima de la inflación o del costo crediticio.

¿Que pasa cuando uno toma estos créditos diarios sin requisitos , se atrasa o no puede pagar? No hay garantía para ejecutar y frente a si, dos caminos son posibles. El primero es renovar el crédito por un monto superior, y el segundo exponerse a un grupo de matones que apelaran a lo que sea necesario para cobrarse lo que ellos consideren justo.

Esta vieja practica se acentúa en momentos de crisis, juegan con la desesperación de la gente y cuentan con la mirada cómplice de funcionarios que terminan siendo beneficiados por su mirada displicente de un ilícito tan jugoso, del que muchos comen.

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