Un operativo relámpago que quedará grabado en los anales de la historia local, y quizás de la comedia, permitió a la Policía de Berisso desarticular lo que pudo haber sido un golpe maestro: el hurto de 12 envases de cerveza vacíos. Sí, leyó bien. El robo no fue de barriles de oro, ni de una fortuna, sino de un simple y modesto cajón plástico destinado al reciclaje o, más importante aún, al canje.

El «dramático» suceso tuvo lugar en Av. Montevideo entre 13 y 14. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana, el Centro Operativo de Monitoreo (COM) activó la alarma tras revisar las filmaciones que revelaban el audaz accionar de un sujeto.

El hombre, con una mezcla de ingenio y desesperación, se llevó el preciado tesoro y emprendió la fuga a bordo de una bicicleta. Con la descripción del «fugitivo ciclista», los efectivos se lanzaron a la búsqueda, la persecución o más bien un rastrillaje estratégico que terminó en calle 165 y 29, donde l sospechoso, de 28 años, fue interceptado.

Al momento de la aprehensión, el hombre ya no tenía consigo el cajón y la trama dio un giro digno de película de bajo presupuesto, ya que el sujeto se deshizo del botín vendiéndolo en una distribuidora cercana. ¿El monto de la transacción ilícita? Un total de $8.500 pesos.

La Policía lo encontró con el dinero en mano, lo que permitió a los agentes confirmar la «venta relámpago».
Tras una breve entrevista, los uniformados se dirigieron a la distribuidora, donde los empleados, más confundidos que cómplices, entregaron voluntariamente el cajón recuperado.

El acusado, ahora conocido en los pasillos de la Comisaría Primera como «cajoncito», fue trasladado a la dependencia policial quedando a disposición de la UFI N.º 15.

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