Millones de litros de efluentes humanos se vuelcan en el Río de la Plata por hora. Ambientalistas y científicos reclaman una pronta resolución para construir una planta de tratamiento. Se trata de una amenaza sanitaria y ambiental que intentan desactivar, pero no tiene fácil resolución. El proyecto para construir la planta lo elevó Aguas Bonaerenses a la provincia de Buenos Aires y según pudo saber este diario, el gobierno bonaerense está buscando la financiación para llevarlo a cabo. Se trata de una inversión de entre 260 y 340 millones de dólares.
Para tener una idea de la delicada situación que atraviesa la Región, vale mencionar que La Plata, Ensenada y Berisso vuelcan 13 millones de litros cloacales por hora en las playas de Berisso. De esa cifra, sólo tiene un tratamiento de depuración 5 millones, el resto va directo al río, según informaron en la Ong Nuevo Ambiente, donde iniciaron una convocatoria de firmas digital para exigir una pronta respuesta.
Según se pudo saber, la problemática y la posible solución están en pleno análisis en los despachos de Aguas Bonaerenses y el ministerio de Infraestructura provincial. Los líquidos cloacales de La Plata, Berisso y Ensenada son conducidos a las playas de Berisso por un conducto subterráneo y un canal aliviador a cielo abierto, este último cruza la principal avenida de Berisso (Montevideo) y expone a la comunidad a graves enfermedades, se remarca en un trabajo realizado por científicos de distintos ámbitos, que integran la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet.
“Quienes van a las playas de Palo Blanco y Bagliardi corren el riesgo de contagiarse de enfermedades virales, bacterianas y parasitarias, entre ellas diarreas, síndrome urémico hemolítico, salmonelosis y norovirus. Contaminación de origen humano proveniente de viviendas, escuelas y hospitales”, se menciona en el trabajo de investigación y recopilación de la Red de Seguridad Alimentaria.
Según las precisiones que se conocieron, para prevenir el impacto de la contaminación biológica la legislación vigente establece un máximo de bacterias coliformes Fecales en los efluentes que se vuelcan a un curso de agua de 2.000 NMP/100 ml. El NMP es el número máximo posible. Para tomar dimensión del problema, en la descarga cloacal en la costa de Berisso, este número es en promedio de 7.100.000 NMP/100 ml, 3550 veces lo permitido, y en el canal aliviador de 640.000 NMP/100 ml. “Ningún otro arroyo que desemboca en la zona, a excepción del canal aliviador, tiene una carga microbiana comparable”, remarcan.
Otro aspecto que genera preocupantes consecuencias es el elevado aporte de macronutrientes, como fósforo y nitrato, que pueden favorecer el desarrollo de cianobacterias, capaces de producir un impacto directo en la salud y el ambiente a través de sus toxinas.
En las aguas de la ribera de Berisso se detectó ibuprofeno, diclofenac, atenolol, carbamazepina, cuyo origen ha sido atribuido a la descarga cloacal. Y con respecto a los microplásticos. fueron identificados en 11 especies diferentes de peces analizados y se demostró que su detección es máxima en las inmediaciones del conducto cloacal y disminuye con la distancia.
Se vierten al río 312 millones de litros por día, que equivale a 500 camiones atmosféricos (con una capacidad de carga de 26 metros cúbicos cada uno) por hora, lo que equivale a 12 mil camiones atmosféricos por día.
Según aseguran distintos ambientalistas, “la mayoría de las personas piensa que el problema cloacal termina en apretar el botón del baño. Pero esta apreciación está lejos de la realidad si se toma en cuenta que los vuelcos cloacales terminan afectando, potencialmente, a unas 100.000 personas que van a las playas de Berisso en temporada estival, cómo mínimo”.
El trabajo fue solicitado por la Municipalidad de Berisso en su momento, y terminó el año pasado. Es un informe que aún tiene carácter confidencial, pero cuenta con múltiples datos de información pública.
“Hoy existe un colador enorme, con grandes agujeros, por los que pasan parásitos, virus y bacterias”, dijo Gerardo Leotta, miembro de la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet e investigador independiente.
En Berisso se detectaron rastros de medicamentos que fueron a la descarga cloacal
En el trabajo hicieron su aporte 16 investigadores quienes hicieron una intensa y detallada recopilación y profundización de datos. Leotta lo definió como “un aporte científico a la comunidad. Con un trabajo concreto, vinculado a la salud y el medio ambiente de la población, que evidencia la necesidad de una respuesta urgente ante un problema que crece día tras día”.
“El impacto de la contaminación biológica en las playas de la ribera de Berisso ha sido claramente establecido a través de los datos recopilados para este informe. También ha quedado demostrado que el origen de esta contaminación es la salida del conducto cloacal, donde la carga de la contaminación biológica es exageradamente alta. Ningún otro arroyo que desemboca en la zona, a excepción del canal aliviador, tiene una carga microbiana comparable. Del mismo modo la presencia de microorganismos en este aporte es claramente superior (varios órdenes de magnitud) a la que puede asignarse al curso principal del Río de la Plata”, afirma un tramo del informe.
Otro pasaje del extenso trabajo científico marca que “los datos obtenidos para los contaminantes químicos permiten suponer que el origen de las aguas es mayoritariamente domiciliario. De los parámetros evaluados solamente los sólidos suspendidos y el fósforo total muestran valores superiores a los establecidos por la legislación vigente. Debe hacerse notar, sin embargo, que el impacto del vertido de un efluente se debe principalmente a la masa de contaminante volcado, no a su concentración. De este modo un caudal alto y constante podrá terminar causando un daño ambiental aun cuando todas las concentraciones de los parámetros no excedan los valores límite”.
El problema del tratamiento de efluentes humanos lleva más de un siglo. En 1905, el sistema cloacal de La Plata confluía en un conducto que se introducía 600 metros en el río donde se efectuaba el vuelco de los efluentes sin ningún tratamiento, violando una de las primeras leyes ambientales de la Argentina (Ley 2797 de 1891), la cual establecía la necesidad de un procedimiento eficaz de purificación previo al vertido de las aguas cloacales. Desde Nuevo Ambiente marcaron que “pasó más de un siglo y estamos con el problema sin resolver y se agudiza día tras día”.
Por datos obtenidos piden que se analice si es necesario cerrar las playas Palo Blanco y Bagliardi
Bajo el lema “Planta de tratamiento de líquidos cloacales – Región Capital YA!”, la ONG Nuevo Ambiente relanzó su campaña para lograr que a la brevedad los partidos de Berisso, Ensenada y La Plata, cuenten con un tratamiento adecuado de sus desechos cloacales, con la construcción de una nueva planta.
La movida, que incluye entre otras medidas una nota al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Lic. Axel Kicillof y la recolección de adhesiones por medio del link http://chng.it/QcZZQRfM,
Desde la ONG recordaron que “ese caño se encuentra roto a metros la playa desde hace más de 40 años, lo que determina que los líquidos cloacales se vuelquen directamente sobre la costa antes de llegar al río”.
Los efluentes humanos “son conducidos por un conducto subterráneo y un canal aliviador a cielo abierto, este último cruza la principal avenida de Berisso (Montevideo) y expone a la comunidad a riesgos sanitarios importantes”, afirman en Nuevo Ambiente.
En cuanto a las playas de Palo Blanco y Bagliardi, el titular de la organización, Maximiliano Heredia, pidió que “en forma urgente se analice si corresponde su cierre, atento la posibilidad de contagio, a juzgar por los datos que contiene el informe, de contagio de enfermedades virales, bacterianas y parasitarias, entre ellas diarreas, síndrome urémico hemolítico, salmonelosis y norovirus”.
Según Heredia “la solicitud tiene que ver con la desidia de las distintas administraciones, que desde 1999 no ofrecen ningún tipo de solución al tratamiento de los líquidos cloacales de la región, y tiene por fundamento evitar se sigan arrojando al río sin tratar, o con un mínimo tratamiento como sucede en la actualidad, donde solo se separan los sólidos”.
Finalmente, desde Nuevo Ambiente, manifestaron que “este reclamo, que venimos realizando hace muchos años, lo vamos a mantener y fortalecer con el acompañamiento que solicitamos de la población y otras entidades vinculadas con la temática, debemos revertir en lo inmediato esta situación. Resulta inadmisible que nuestra región capital siga arrojando el caudal de sus cloacas al río sin tratamiento, y por ese motivo vamos a estudiar el inicio de acciones administrativas o judiciales”.
FUENTE DIARIO EL DÍA