La violencia volvió a ser protagonista en las afueras de la Escuela Secundaria Media Número 2, donde se registró una nueva pelea entre estudiantes. Este incidente reaviva la preocupación en la comunidad educativa y en las fuerzas de seguridad, que ya no saben cómo abordar una problemática que parece no tener fin.

La situación no es nueva para la institución. Hace aproximadamente un año, las autoridades de la misma escuela se vieron obligadas a tomar una drástica medida: la suspensión de los recreos, para intentar frenar las constantes peleas que se producían incluso dentro de las aulas y pasillos.

Este reciente episodio subraya la escalada de la violencia juvenil, que trasciende los límites del establecimiento escolar. La comunidad educativa, incluyendo docentes y directivos, así como la policía local, reconocen su impotencia frente a un fenómeno que los desborda.

La falta de soluciones efectivas y la recurrencia de estos hechos ponen de manifiesto la necesidad de una intervención más profunda y coordinada que involucre no solo a la escuela y la policía, sino también a las familias y a los organismos gubernamentales, para buscar una respuesta integral a este problema social.

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