Mucha gente de ciudad añora con la idea de vivir en el campo, pero creo que mucha menos es la que quiere irse a la ciudad.
La gente de campo disfruta de la naturaleza, de la tranquilidad, de su ritmo.
El trabajo suele ser más duro en general pero creo yo, que un trabajo duro es todo aquel que no se elije, que se hace por necesidad.
¿Se dieron cuenta que acá en la zona de la ribera, vivimos en contacto constante con los dos ámbitos? ¡Qué privilegio!
La mezcla de cardos, sauces, juncos, ceibos, vacas, caballos, gallinas, con la comodidad del pavimento que nos permite resolver las cuestiones de compras,
trámites, salud y hasta recreación.
Por suerte nos podemos poner una boina, una bombacha de campo y no sentirnos ajenos al entorno.De hecho me compré una y la uso para hacer mis mandados.
Vivir cerca de un centro tradicionalista, te da cierta motivación para mimetizarte con lo campestre, ¿por qué no disfrutar todo los ámbitos que nos regala la zona?
¿Quién no tomó unos mates debajo de una arboleda, hizo un pic nic a la orilla de la laguna del diagonal, pescó en alguno de nuestro arroyos o hizo un asadito en
la tierra con parrilla improvisada?
Y como si fuese poco contamos con dos Centros Tradicionalistas cercanos, que en sus encuentros mantienen la esencia del las tareas,
costumbres y festejos campestres.
Aprendamos a disfrutar de lo que tenemos cerca, los paseos y las vacaciones pueden así estar presentes un domingo cualquiera del año.
Te dejo mi video para un pasíto virtual.
Gisela Dello Russo (@Veoveo__)