De origen humilde Eva, migró a los quince años a la ciudad de Buenos Aires, donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras y elegida presidenta de la Asociación Radial Argentina (ARA).
En 1944 conoció a Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión de la dictadura conocida luego como Revolución del 43, en un acto relacionado con la ayuda a las víctimas del terremoto de San Juan de 1944. Ya casada con Perón, participó activamente en la campaña electoral del mismo en 1946, siendo la primera política argentina en hacerlo En 1947 impulsó y consiguió la sanción de la Ley de sufragio femenino, tras la cual buscó la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida a través del artículo 39 de la Constitución de 1949.
En 1948 fundó la Fundación Eva Perón, mediante la cual construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron todo el país, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas, adoptando así una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales, constituyendo el vínculo directo entre Juan Domingo Perón y los sindicatos. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino. En 1951, debido a las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, el movimiento obrero propuso a Evita como compañera de fórmula de Perón, como candidata a vicepresidenta. Sin embargo, ella renunció a la candidatura el 31 de agosto en el día conocido como el «Día del Renunciamiento», debido a la presiones de los grupos opositores al gobierno, a las luchas internas dentro del peronismo y al cáncer de cuello de útero que tenía diagnosticado desde 1950, el cual se había agudizado.[8]
Falleció debido al cáncer de cuello de útero que padecía el 26 de julio de 1952, a la edad de 33 años. Tras su muerte recibió honores oficiales, siendo velada en el Congreso de la Nación y en la Confederación General del Trabajo (CGT), en un evento multitudinario nunca antes visto en el país.[9] Su cuerpo fue embalsamado y ubicado en la CGT, pero la dictadura cívico-militar autodenominada «Revolución Libertadora» secuestró y profanó su cadáver en 1955, ocultándolo durante dieciséis años. En la actualidad sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires.
Escribió dos libros: La razón de mi vida (1951) y Mi mensaje (1952). Recibió numerosos honores, entre ellos el título de Jefa Espiritual de la Nación, la gran Orden de Isabel la Católica en España de manos de Francisco Franco, la distinción de Mujer del Bicentenario, la Gran Cruz de Honor de la Cruz Roja Argentina, la Distinción del Reconocimiento de Primera Categoría de la CGT, la Gran Medalla a la Lealtad Peronista en Grado Extraordinario y el Collar de la Orden del Libertador General San Martín, máxima distinción argentina. Se han producido además numerosas películas, musicales, obras teatrales, novelas y composiciones musicales sobre Eva Duarte.