El sol encandila sus ojitos, es muy temprano y Tom se encuentra exhausto por su aventura nocturna persiguiendo ratones con otros gatos, se tambalea de sueño mientras camina por la medianera.
La gatita gris lo observa desde la casa de al lado.
La gatita gris se ríe como loca al ver que Tom no tiene fuerzas para abrirla un poco más.
Tom la ve y le molesta tanto que ría de él!
La gatita vocifera:
_»el gatito de al lado no tiene fuerzas , es un flojito, qué flojito el gatito Tom!»
Tom le dice: _»yo sí que soy fuerte, y también puedo saltar y entrar por la otra ventana que está abierta si quiero. Lo hice muchas veces, ya verás!»
Nunca antes intentó ingresar por la otra ventana, está muy lejos y es peligroso!
Mira una y otra vez, saca medidas del salto que debe realizar.
La gatita: _»te veo, estás temblando de miedo, eres un flacucho sin fuerza!» y se reía como loca.
Tom, ignorando su instinto de supervivencia que le dice que no salte, reacciona sin pensar. Tomando envión, aprieta todo su cuerpo contra el filo del tapial y se lanza como un resorte!
Cómo era de suponer, Tom no logra alcanzar la ventana y cae! Qué dolor! Cayó mal herido el pobre! Su amo, escuchó el estruendo de su caída sobre algunos tachos que guardaba en el patio; y corrió a auxiliarlo.
Lejos de retarlo, su amo lo cuidó amorosamente; en pocos días estuvo totalmente recuperado y un poco más gordito, por la comida rica que le preparó.
Al subir nuevamente a la medianera, vió a su vecina, la gatita gris, que estaba muy triste.
El día en que la gatita se reía de Tom, su dueña, estaba intentando dormir hasta tarde. Esa mujer era muy mala, y castigó fuertemente a la gatita por hacer barullo tan temprano.
La gatita gris ya no ríe, aún está dolorida por el azote y dice con voz muy bajita:
_ Estoy avergonzada, no debí reírme de ti. La ventana estaba muy lejos, ningun gato del barrio podría alcanzarla. Perdón.
Tom le contestó:_ no te guardo rencor. Yo me dejé llevar, quería impresionante. Además, no me gusta verte triste, mejor ven a pasar el día conmigo y con mi amo!
La gatita gris aceptó y pronto decidió vivir con ellos, encontrando amor verdadero, muchas risas sin temor y un poco de peso extra amoroso.
Moraleja:
No permitas que las opiniones de los demás o su negatividad te limiten. No busques impresionar a nadie, sé tú mismo, porque la verdadera felicidad y la autenticidad, son las mayores fortalezas de la vida.
Patricia Alejandra Cerdá Íñiguez.–