“¿Qué hacemos para el Primero de mayo?” preguntó uno de los vecinos que hace las viandas para que cientos de vecinos puedan tener un plato de comida en su mesa en ésta etapa tan compleja del país. “Hagamos un guiso”, sugirió uno, “empanadas” dijo otro, hasta que una voz en medio de todas sugirió; “¿Y si hacemos un locro?”. Las sonrisas se dibujaron en las caras de los presentes.


La empresa ya era toda una cuestión. Ya no solo había que preparar todo, sino que había que cocinar por varias horas. “¿Pero sabes que locro vamos a hacer para el Barrio?, ¿Sabes lo que significa para la gente?” expresó entusiasmado “el Tucumano” y el resto se “Copó”. Estaba todo arreglado LA NUEVA YORK COMERÍA LOCRO EL PRIMERO DE MAYO PARA CELEBRAR EL DÍA DEL TRABAJADOR.

Desde la noche anterior, las ollas humeaban en la Nueva York. Los ingredientes del locro comenzaban a darle ese gesto de cariño y amor que conlleva la SOLIDARIDAD. Cerca de las 19 horas de éste Viernes, ya todo estaba listo, el Club Zona Nacional olía a comida, a locro, a patria, a historia de miles de trabajadores marchando un 17 de Octubre del 1945. Olía a frigoríficos y a Berisso, a una jornada especial en medio de otro duro momento que tenía como escenario al histórico barrio.

Ya a las 20 horas, el histórico empedrado mostraba el peregrinar de vecinos con sus ollas y sus tapers, camino al Club del barrio, donde un grupo de jóvenes le daban la bienvenida. Una mujer anota la cantidad de viandas que se van repartiendo. El Cocinero revolvía la gran olla, los “Voluntarios” servían y con una sonrisa en su cara pagaban con un GRACIAS.

Un hombre llega con una bicicleta equipada con un canasto llega de golpe, “Muchachos vendo pan casero” comenzó diciendo el hombre; “Hoy no vendí mucho y se que están haciendo locro y vengo a regalarles lo que me quedó”, inmediatamente Pan con chicharrón salió del canasto y los ojos se fueron sobre el hombre; “Locro con pan casero

¿Qué más querés? Somos un lujo” dijo alguien y el hombre sonrió.

Otra mujer también se acercó; “¿llevaste la vianda viejita?” preguntó uno de los jóvenes, “Si nene pero vine porque encontré este rollo de bolsitas y por ahí les sirve” expresó; “TODO SIRVE” fue la respuesta y nuevamente una sonrisa fue el gesto que cerró aquella charla.

El Barrio ya era otro. El día del trabajador iba terminando, La NUEVA YORK OLÍA A LOCRO, ADOQUIN, CHAPA Y AMOR, ¿Qué MÁS PODÉS PEDIR?

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