El presidente quiere implementar el presupuesto más bajo desde 1997, año en el cual se empezó a tener registro del programa: el Ministerio de Educación de la Nación recibirá el 5,34 por ciento de los recursos nacionales en 2024, según el proyecto de Presupuesto, lo que implica una caída nominal respecto al 6,02 por ciento asignado en 2023, equivalente a una pérdida real (descontada la inflación) del 48 por ciento interanual.
En Desarrollo de la Educación Superior, el ítem que representa aproximadamente el 90 por ciento de las partidas que se destinan a las universidades públicas, se prorrogó el presupuesto del año anterior, lo que implica una reducción del 72 por ciento en términos reales. Las demás se explican en las becas Progresar, infraestructura universitaria, y evaluación y acreditación. «De no haber modificaciones que amplíen los montos disponibles, este será el presupuesto universitario más bajo en 27 años.
De acuerdo con cifras de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), entre el 90 y 95 por ciento del presupuesto es para los sueldos docentes y no docentes. Dentro del desagregado del informe, los principales recortes se realizaron en los primeros tres meses del año en transferencias a provincias para Educación (-80 por ciento), a municipios –donde se transfirió 0 pesos— y al Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional (-34 por ciento).
En salarios a docentes universitarios se redujo 32 por ciento en términos reales (descontada la inflación), a no docentes (-28 por ciento) y funcionamiento y refacción de universidades -66 por ciento). «Las Transferencias Corrientes dirigidas a las Universidades experimentaron una reducción del 40 por ciento interanual ajustada por inflación en marzo y del 32,5 por ciento real en el acumulado del trimestre», según la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).