La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) ha revelado un panorama sombrío para uno de los comercios más emblemáticos del país. En tan solo 12 meses, 16.000 kioscos cerraron sus puertas, una cifra que, según el vicepresidente de la UKRA, Ernesto Acuña, reduce por primera vez en décadas el número total de estos comercios a menos de 100.000 en todo el país.
La recesión económica, la competencia desleal y una caída histórica del consumo son las principales causas de este masivo cierre. «La postal cotidiana del kiosco, ese refugio de golosinas, cigarrillos y charlas breves, se desvanece», afirmó Acuña en una entrevista radial, señalando que la falta de dinero en los bolsillos de la gente y el aumento constante de los precios hacen insostenible el negocio.
Competencia desleal y el peso de la inflación
La crisis no se limita a la falta de ventas. Acuña destacó la proliferación de cadenas de kioscos que operan sin la debida regulación, lo que genera una competencia desigual para los pequeños comerciantes. A esto se suma la venta de productos que tradicionalmente eran exclusivos de los kioscos, como golosinas y cigarrillos, en otros establecimientos como farmacias o verdulerías.
Además, el poder adquisitivo de los argentinos ha caído estrepitosamente, afectando directamente al sector. «Se vende menos, mucho menos. No hay plata. La gente se pasa a segundas marcas, compra cigarrillos más baratos», explicó el vicepresidente de la UKRA. Los datos de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) corroboran la situación, mostrando una caída en el número de kioscos activos de 112.000 a 96.000 en un año.
Costos insostenibles y especulación de precios
La rentabilidad de los kioscos se ha visto gravemente afectada por el aumento de los costos operativos, como alquileres y sueldos, que no se compensan con el volumen de ventas. La incertidumbre económica y la volatilidad del dólar también juegan un papel crucial. Acuña se refirió a la especulación de precios que surge en el segundo semestre, sin importar el color político del gobierno. «El dólar se dispara y los precios aumentan», concluyó.
La crisis de los kioscos es un reflejo de la profunda recesión que atraviesa Argentina. La desaparición de estos comercios no solo representa un golpe económico, sino también la pérdida de un punto de encuentro social y cultural en los barrios de todo el país.