Una mujer de 96 años de edad falleció alrededor de las nueve de la mañana de este sábado en el Geriatrico “Emanuel 2” de la ciudad de Berisso.


Las circunstancias del deceso fueron el tema de consulta de sus familiares, quienes una hora después estaban en el lugar tras ser avisados de la triste noticia.

Sin embargo, las respuestas buscadas no aparecían y las dudas se acrecentaban, máxime cuando la “encargada” les dijo que el médico de turno estaba de viaje y después se comprobó que esa misma mujer era la dueña del geriátrico ubicado en calle 2 entre 172 y 173.

Al no contar con un médico que pudiera constatar las causales de la muerte de la anciana y tras varias horas de incertidumbre, los familiares decidieron hacer una denuncia en sede policial y judicial. Recién cerca de las 23, un equipo de Policía Científica fue hasta el lugar a retirar el cuerpo para realizar la autopsia.

Muerte y dudas en un geriátrico de Berisso: no había médicos y la dueña se hizo pasar por encargada

Llegada de la Policía Científica.

Varios testigos dicen que esta no es la primera vez que en el “Emanuel 2” sucede este tipo de episodios y que existen alrededor de veinte denuncias por maltratos.

“Las sospechas comenzaron después que me comuniqué con una funeraria para organizar el velatorio, que lógicamente me pidió que lleve el certificado de defunción”, le explicó a este portal Claudio, un allegado a la mujer fallecida.

En ese sentido, el hombre dice que cuando pidió tal certificado, la “encargada” le dijo que no se lo iban a poder entregar porque el médico a cargo del turno “estaba de viaje”.

“No obstante ese impedimento, la encargada me dijo que tenía una funeraria amiga que nos podía brindar el servicio del velatorio sin el requisito del certificado de defunción”, recordó Claudio.

Seguidamente, la mujer le explicó que “la funeraria se encarga del velatorio y deja en guarda el cajón con los restos de la difunta hasta que se le entrega el certificado de defunción”.

“Ese servicio lo hacemos con la Cocheria Berisso de Edith Giovanelli”, le aseguró a Claudio la mujer que finalmente terminó admitiendo ser la dueña del geriátrico.

“Cuando noté que hablaba con tanta firmeza, que conocía hasta el último detalle de cada trámite a realizar y los pasos a seguir, le pregunté si de eso estaban al tanto las personas responsables del geriátrico”, indicó Claudio. Como respuesta recibió lo que suponía: “Soy la dueña”, dice que le dijo.

Una vez aclarada la situación, el pariente de la fallecida manifestó que “comenzaron las tensiones y las largas esperas sin respuesta alguna, además de que de ahí en adelante se cortó toda comunicación hasta la llegada de la Policía Científica”.

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