«Cada hombre, es el artesano de su futuro»

Cristian, ha estado viviendo una vida sin sentido, tropezando con todo y malhumorado.

Esta mañana, recibió una invitación inesperada por parte de su amigo de la infancia, Pablo; para reunirse en su mansión. Cuando niños, Cristian se comportó muy mal con Pablo y con otros niños. Solía tener una actitud abusiva, siempre sacaba provecho de los más débiles.

A medida que creció, fue perdiendo amigos, y sinceramente, nada le salió bien. El estigma de una infancia infeliz, con un padre que maltrataba a todos en su hogar, seguía haciendo estragos en su vida.

Memento vivere.

Cristian toma la carretera hacia el oeste. A medida que se aleja de la ciudad, contempla desde su espejo retrovisor, la luminosidad citadina que va dejando atrás. El GPS indica adentrarse en una salida poco habitual.

Al llegar, la mansión se levanta como un espectro en la oscuridad. Pablo lo recibe con una linterna, haciendole señas de dónde debe estacionar.

Cristian encuentra una atmósfera siniestra y una especie de niebla parece seguirlos a ambos.

 La mansión de Pablo, inconmovible y aterradora, parece no poseer servicio eléctrico.

 Una multitud de velas y luminarias candelosas crean figuras móviles de todos los muebles y objetos. A medida que ellos pasan, provocan una brisa que juega con las pequeñas llamas, obligando a las sombras a bailar extrañamente.

Cristian siente escalofríos, mientras que Pablo, lleva todo el tiempo una sonrisa enigmática.

La velada comienza con una cena y una charla normal, pero pronto Cristian se da cuenta de que algo está mal.

La mansión parece estar viva, y la espesa niebla se cierne sobre ellos como una presencia ominosa. 

De repente, Pablo se desintegra ante sus ojos, y Cristian, atónito, está solo en la mansión.

Perdido y confundido, busca a tientas una salida. Da con un picaporte y, al abrir la puerta, un cartel luminoso anuncia:

«Arde en tu propio fuego«.

Cristian se ve obligado a enfrentar sus miedos y debilidades, ya que cada puerta que abre representa la confusión y la falta de claridad que siente en su vida.

 Finalmente, se encuentra con un espejo mágico que muestra su cuerpo sin cabeza. Y la imagen de su cuerpo se desintegra por completo, como si se consumiera, al igual que un sahumerio encendido, para luego volver a materializar su verdadera naturaleza, con un rostro plenamente iluminado. Es entonces que él entiende que debe dejar ir su antiguo yo para poder renacer de sus propias cenizas, eso significa la frase del cartel!

 De manera sorprendente, Pablo aparece y enciende todas las luces.

Acercándose a su oído, le dice: «Debes dejar ir el pasado«.

Más tarde, Cristian emerge de la mansión como una persona nueva, más fuerte y sabia. La niebla se ha disipado, ya es de día y la luz del sol brilla sobre él.

 Ha «renacido de sus cenizas» y está listo para comenzar una nueva vida.

«Debes estar preparado para arder en tu propio fuego: ¿Cómo podrías renacer sin haberte convertido en cenizas?»

 F. Nietzsche.

Patricia Alejandra Cerdá Íñiguez.-

@mimi_ulises

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