A casi un año y medio de asumir la presidencia, el gobierno de Javier Milei enfrenta una de las peores crisis sociales de la historia reciente argentina, con indicadores que pintan un panorama desolador para millones de ciudadanos. La promesa de «motosierra» y «plan licuadora» ha tenido un costo humano exorbitante, reflejado en un drástico deterioro de las condiciones de vida y una consecuente e imparable caída en la popularidad e intención de voto del mandatario.
Los últimos informes de organismos nacionales e internacionales, sumados a las mediciones de consultoras privadas, no dejan lugar a dudas: la contracción económica, la inflación persistente y los recortes drásticos en áreas clave han pulverizado el poder adquisitivo, disparado la pobreza y profundizado la desigualdad.
Un Panorama Social Alarmante:
- Pobreza y Miseria Disparadas: Las cifras de pobreza superan récords históricos. Estimaciones privadas, dada la ausencia de actualizaciones oficiales con la periodicidad necesaria, sitúan la pobreza por encima del 55%, con un alarmante aumento de la indigencia que ya ronda el 18%. Familias enteras se han visto empujadas a la desesperación, sin acceso a una canasta básica de alimentos y servicios. Los comedores comunitarios, desfinanciados y sobrepasados, son el último recurso para miles.
- Desempleo en Ascenso y Precarización Laboral: La recesión económica ha impactado de lleno en el mercado laboral. Si bien el INDEC aún no ha publicado los datos del segundo trimestre de 2025, proyecciones de centros de estudio laboral ubican la tasa de desempleo en dos dígitos, superando el 12%. Los despidos en el sector público y privado, sumados a la caída de la actividad productiva, han generado una crisis de empleo que golpea fuertemente a los hogares. La informalidad y la precarización se han convertido en la norma para muchos que buscan subsistir.
- Salud y Educación en Emergencia: Los recortes presupuestarios en áreas sensibles como salud y educación han tenido consecuencias devastadoras. Hospitales públicos denuncian falta de insumos básicos y personal, mientras que las universidades públicas, asfixiadas financieramente, luchan por mantener sus puertas abiertas y garantizar la calidad educativa. El acceso a medicamentos y tratamientos se ha vuelto un lujo para amplios sectores de la población, y la deserción escolar en los niveles primario y secundario comienza a ser una preocupación creciente.
- Violencia y Malestar Social: El deterioro de las condiciones de vida se ha traducido en un aumento de la conflictividad social. Las protestas se multiplican a lo largo y ancho del país, con distintos sectores reclamando por sus derechos y visibilizando el impacto de las políticas gubernamentales. La percepción de inseguridad también se ha incrementado, alimentada por la desesperación y la falta de oportunidades.
Caída en Picada de la Popularidad e Intención de Voto:
La luna de miel con el electorado, que duró poco más allá de los primeros cien días de gestión, es un recuerdo lejano. Las encuestas de opinión pública de junio de 2025 muestran una tendencia preocupante para el oficialismo:
- Aprobación por el Piso: La aprobación de la gestión de Javier Milei ha caído a sus niveles más bajos desde que asumió. Mientras que en diciembre de 2023 gozaba de un respaldo cercano al 55%, las últimas mediciones lo ubican por debajo del 30%, e incluso en algunas, rozando el 25%. El descontento se extiende transversalmente a todos los segmentos socioeconómicos.
- Intención de Voto Desplomada: Si las elecciones presidenciales fueran hoy, Javier Milei y su partido experimentarían una derrota contundente. Las encuestas de intención de voto para una eventual reelección lo sitúan muy por debajo de los principales referentes opositores. El hartazgo social y la falta de resultados concretos en la mejora de la vida cotidiana han erosionado significativamente el capital político obtenido en 2023.
- Desilusión Generalizada: La base de votantes que confió en un cambio radical se muestra ahora desilusionada y frustrada. La retórica confrontativa y las promesas incumplidas han generado un quiebre en la confianza, que será difícil de reconstruir en lo que resta de su mandato.
El gobierno de Javier Milei se encuentra en una encrucijada. Los datos sociales son un llamado de atención urgente, y la caída de su popularidad y el desplome en la intención de voto reflejan el creciente malestar de una sociedad que ya no tolera el ajuste sin un horizonte claro de mejora. La pregunta que flota en el aire es si el oficialismo será capaz de revertir este preocupante rumbo antes de que el costo social se vuelva irreversible.