Desde el Siglo XV este Río de La Plata tan nuestro, se sostiene con sus aguas, batallas, expediciones, jefes, piratas, navegantes aventureros y náufragos.
El primer, no americano documentado, en navegar las aguas de nuestro Río fue Juan Díaz de Solís, en 1516.Su intención era hallar un pasaje desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico.
Buscando este sitio desembarca en donde es la actual cuidad vecina de Colonia, en Uruguay y junto a su grupo de hombres, fue atacado por los pobladores de la región que literalmente, se los comieron.
En 1527 Sebastián Caboto durante su expedición se encuentra con un sobreviviente de esa matanza, Francisco del Puerto quién le trasmite la «leyenda de la plata», metal preciado del Alto Perú y así el “Río de Solis”, que había sido denominado de esta manera para recordar al expedicionario, va mutando al “de la Plata”.
Esto debido a que se le otorgaba a este curso de agua, la posibilidad de ser remontado hasta que alguno de sus afluentes permitiera el acceso a la “Sierra del Plata” dónde los originarios, se abastecían de este valioso metal.
Esta Sierra, estaría situada en las tierras del Rey Blanco y probablemente estaría relacionado con lo que más adelante conoceríamos como el Cerro Rico de Potosí, famoso porque en época de la colonia española tenía las vetas de plata más importantes del mundo. Considerándose a este cerro como la fuente de plata más rica de la historia de la humanidad.
De esta mina salió el 80% de toda la plata del mundo, la cual aumentó la riqueza de todo el planeta.
Tanta fascinación producía a estos hombres el deseo de hacerse ricos que varias fueron las excursiones en esta zona.
Sin embargo, ni los expedicionarios antes mencionados, ni los próximos a venir, arribaron a la codiciada Sierra de la Plata, pero al regreso todos ellos, extendieron por España y Portugal la fama del Río de la Plata, dando origen a nuevas cruzadas, no sólo españolas sino portuguesas también.
La denominación de Río de la Plata quedó consagrada de hecho y se utilizó en documentos oficiales ya desde 1534.
En 1617 queda oficialmente constituida la gobernación del Río de la Plata, con la ciudad de Buenos Aires como asiento del gobernador y en 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata.
Este río siempre fue partícipe tanto de grandes hazañas como de transacciones tramposas. De estas últimas estimo, no le han pedido permiso para involucrarlo, imagino que si este Río pudiese manifestarse más allá de sus bajantes o crecidas, de su calma chicha o de sus agitadas olas, pediría que lo disfrutemos, con sanos deportes, con reconfortantes caminatas por sus orillas, o sentados disfrutando unos ricos mates mientras miramos su horizonte.
Cuidémoslo, no dejemos nuestros residuos, disfrutemos de su vegetación, sus aves y sus arenas color de león.
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Gisela Dello Russo. VeoVeo__