A pesar de que los índices oficiales muestran una desaceleración en la inflación, la realidad económica para las familias argentinas se vuelve cada vez más insostenible. Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) ha encendido las alarmas, al asegurar que los ingresos de los hogares “no alcanzan para vivir”. Este diagnóstico se presenta como una crítica directa a las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei, que, según la UCA, han contraído drásticamente el consumo y el poder adquisitivo.

Inflación a la baja, pero por la peor de las razones

El director del observatorio, Agustín Salvia, ha sido claro al desmentir cualquier lectura positiva de la caída inflacionaria. Para el especialista, esta baja no es el resultado de un plan económico virtuoso, sino la consecuencia directa de una severa caída en la demanda. «No hay masa monetaria que refuerce la demanda, y las políticas de ajuste redujeron el consumo, lo que a su vez bajó los precios», explicó. Esta paradoja económica, lejos de traer alivio, ha generado un profundo «estrés económico» en los hogares, impactando de lleno en la vida cotidiana.

La asfixia económica de las familias argentinas

El análisis de la UCA detalla cómo la reducción drástica del poder adquisitivo se siente con más fuerza en rubros esenciales. El gasto en alimentos, vestimenta y el mantenimiento básico del hogar ha sido sacrificado, mientras los costos de los servicios fijos se disparan. El incremento en tarifas de combustibles, transporte, gas, luz, agua y comunicaciones ha erosionado aún más los ingresos, dejando a las familias en una situación de vulnerabilidad creciente.

Las advertencias de la UCA no se detienen en el presente. Salvia alertó sobre el futuro, indicando que si el gobierno persiste en su política de retirada de dinero del mercado, la crisis se profundizará. «Si el gobierno sigue sacando pesos, el ajuste se intensificará. Habrá menos consumo, se venderá menos combustible, las familias se endeudarán más para comprar alimentos y enfrentarán mayores moratorias en sus tarjetas», proyectó. Este escenario dibuja un panorama de restricción económica cada vez más severo, consolidando un modelo de estabilización que, según los expertos, agrava en lugar de aliviar las condiciones de vida de la mayoría de los argentinos.

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