Según el relevamiento del organismo provincial, el gasto anual de estos productos se estima desde “$2.380 a $4.309, si se consideran 13 ciclos menstruales al año”. Lo que más preocupa en medio de la crisis económica que atraviesa el país, es que el mayor impacto del “gasto menstrual” recae en los sectores más pobres.
La Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires emitió un comunicado en donde solicita la quita del IVA para los productos de menstruación como lo tampones, toallitas femeninas y también para los de menopausia.
Según el relevamiento del organismo provincial, el gasto anual de estos productos se estima desde “$2.380 a $4.309, si se consideran 13 ciclos menstruales al año”, en resumen tomando el valor más alto cada ciclo menstrual oscila los $331,46 mensuales. Lo que más preocupa en medio de la crisis económica que atraviesa el país, es que el mayor impacto del “gasto menstrual” recae en los sectores más pobres, en donde representa al menos un 10% de sus ingresos, algo nos preguntamos, si este acto natural ocasiona una quita del 10% a los sectores más desfavorecidos, estos estarían cobrando un poco más de $33.000 mensuales ?
A su vez, el estudio analiza otras tres canastas básicas de tipo B, conformada por 27 artículos y la C, compuesta por 22. Sin embargo, la diferencia entre los productos de las 3 canastas, representa una diferencia de $1 mil cada una.
En este sentido, el pedido de la Defensoría, en paralelo con el colectivo de mujeres, sugiere la necesidad de que estos insumos en cuestión sean provistos de manera gratuita en escuelas, cárceles, universidades, hospitales y otros espacios comunitarios.
En base a cifras del Banco Mundial, desde Economía Feminista aseguran que el ausentismo escolar por falta de artículos de gestión menstrual es un problema serio, muy poco difundido y que, a nivel global, la pérdida de jornadas escolares por falta de apósitos llegaría a entre el 10% y el 20%.
A su vez, la Defensoría del Pueblo advierte de otros gastos para contemplar y hace referencia a los cerca de $1.200 que deben gastar algunas mujeres, en productos analgésicos y antiespasmódicos.