El debate en el seno de la UCR crece desde las bases, y presiona a sus dirigentes de cara a 2019. Varios referentes se preguntan si vale la pena ser actores de reparto en la alianza con el PRO. «Le dimos territorio, candidatos, fiscales y hoy solo obedecemos sus ordenes sin tener injerencia en las decisiones de gobierno. Sin nosotros, ni Macri Ni Vidal ganaban.» Aseguro un viejo militante a este cronista.
En declaraciones a «Letra P» el dirigente Ricardo Alfonsin manifestó su preocupación por el futuro del partido con fuertes declaraciones: » Mi deseo sería que la UCR recuperara ejes de autonomía para poder influir en las decisiones del Gobierno, nadie me puede obligar a traicionar lo que es la identidad de la UCR. Creo que nunca ha habido un partido tan silenciado, tan acrítico, incluso con el Gobierno nacional como el que existe ahora. Si alguno está pensando en sustituir a la UCR y a los restos de las fuerzas que conforman Cambiemos para sustituirlo por un partido nuevo, que lo digan, que lo discutan, así todos podemos fijar nuestras posiciones. Algunos piensan que es mejor actuar como si no tendríamos diferencias con el PRO. Yo creo que tendríamos que pensar en un candidato a gobernador, a jefe de Gobierno porteño y a presidente en 2019 de la UCR.
Propiciado por el movimiento renovador del radicalismo, se están llevando a cabo encuentros en todo el país, donde se pone en debate cual es el camino para recuperar la autonomía del partido centenario. En las elecciones 2017 las listas armadas por el pro dejaron en el furgón de cola a los candidatos referenciados con el radicalismo y premiaron con puestos o cargos a quienes abdicaron a las banderas de Illia y Raul Alfonsin.