«Mi nombre es Analía Dulke y quiero denunciar que he sido víctima de abuso de autoridad y
persecución sindical, ejercida por el actual Secretario Adjunto del Sindicato de Trabajadores Municipales de Berisso, el señor Rubén Darío Bautista, quien hace 5 meses ocupa el cargo en dichaSecretaría.
Desde el año 1992 hasta la actualidad desarrollo mis actividades en el Sindicato. Los primeros añostrabajé en el Coseguro Asistencial y en el presente estoy en el área que corresponde a la ObraSocial de dicha entidad.
A continuación, detallo las tareas que me corresponden en mi área:
● Informe de ingresos financieros dirigidos a la Secretaría de Finanzas del Sindicato.
● Confección y pago de liquidaciones a proveedores.
● Recepción y pago de subsidios.
● Envío y recepción de descuentos varios, a la oficina de Sueldos de la Municipalidad de
Berisso.
● Envío de débitos y acreditaciones al Banco Provincia.
● Presentismo del personal del Sindicato a la oficina de Recursos Humanos de la
Municipalidad de Berisso.
● Confección y envío de notas de afiliaciones y desafiliaciones a la oficina de Recursos
Humanos de la Municipalidad de Berisso.
● Atención al público (entrega de bonos comestibles, órdenes de compra, refinanciaciones,
anticipos de sueldo, recepción y confección de notas).
● Colaboración con el área de finanzas.
El pasado 4 de octubre de este año, el señor Bautista se presentó en mi sector de trabajo y
sin ningún tipo de argumento me anunció de manera verbal y sin presentar comunicación oficialalguna, que a partir del día siguiente tenía que dejar mi área y las actividades que veníadesarrollando para pasar a la recepción, por lo que las nuevas tareas a cumplir designadas eranatender el teléfono y abrir la puerta a los afiliados que ingresaran al edificio, lo que significa uncambio rotundo respecto de las tareas que venía realizando hasta el momento.
Asimismo, semanasanteriores comenzó a dejarme de lado en la distribución de tareas entre las empleadas,bloqueando parte del programa con el que trabajo y cambiando la contraseña del correoelectrónico del Sindicato, donde recibo documentación para la actividad que desarrollo por lo queya no pude acceder al mismo. Es importante mencionar que en varias oportunidades lo escuché
difundir falsos rumores en medios radiales que desacreditan a mi familia, incluyéndome a mí.
Como es de público conocimiento, soy hija de Alfredo Dulke, quien fue Secretario General
del Sindicato durante 31 años (1984/2015) y estoy casada con Pablo Cabrera, quien se presentójunto a otros compañeros y compañeras como lista opositora a la actual gestión en las eleccionesdel año 2019.
Parece que esto, para Rubén Darío Bautista, fue un argumento suficiente ynecesario para hacer uso de “su poder” y quitarme de mi puesto de trabajo, en el cual de forma
ininterrumpida estoy desde hace 29 años.
Demás está decir, que esta situación, provocó muchatristeza en mí, ya que en el momento en el que él se presentó y sin ningún motivo me obligó adejar de realizar tareas de responsabilidad mayor, me hizo sentir desmotivada, deduciendo que suúnico fin, era alejarme de la institución.
En el marco de lo expuesto con anterioridad, considero que he sido víctima de persecución
sindical y violencia por razones de género. En este sentido, es importante destacar que las
violencias por razones de género, a la luz de la Ley 26.485, se constituyen como toda acción uomisión que de manera directa o indirecta, ejercidas tanto en el ámbito público como en elprivado, generan afectaciones a nivel bio-psico-social en la vida de las mujeres.
Estas violenciastienen como basamento la desigualdad estructural en la que vivimos, producto de la sociedadpatriarcal que reproduce desigualdades a partir de las diferencias sexo-genéricas.
La construcciónde una sociedad más justa e igualitaria depende del proceso de transformación socio-cultural, de
los cuales los ámbitos sindicales también forman parte.
Espero que mi mensaje llegue a todas las mujeres que pasaron o pasan lo mismo que yo, para que tengan el valor de denunciar o actuar frente a estas situaciones y saber que esto no
debería ocurrir, mi caso se fue suscitando en pequeñas actitudes a lo largo de varios meses, por locual fue muy difícil darme cuenta de que esto estaba pasando, pero gracias al apoyo de mi familiaamigos y el Equipo de Abordaje de Situaciones Particulares, perteneciente al Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, tuve lacontención necesaria, para tomar coraje y hacer que esta situación se haga pública, tambiéndeberíamos saber que personas así, con estas actitudes no son dignos representantes sindicales ymucho menos, defensores de los derechos que tenemos como trabajadoras y trabajadores»