El siniestro se produjo en la estructura que sostiene el techo del templo, donde se estaban realizando trabajos de restauración.
El fuego provocó el derrumbe de la aguja de la torre principal y de la estructura completa del techo, ante la impotencia de los bomberos, que no logran llegar al epicentro del incendio.
Al caer la noche, los bomberos luchaban contra el fuego y había temores de un posible colapso de la emblemática catedral. Incluso el ministerio del Interior había reconocido que«no es seguro» que se pueda salvar la catedral. «No estamos seguros de poder frenar la propagación en la torre norte. Si esta se derrumba los dejo imaginar la magnitud de los daños», indicó el secretario de Estado del Interior Laurent Nuñez.
No obstante, luego de arduas tareas, el general Jean Claude Gallet, jefe de los bomberos de París, aseguró que la estructura de la catedral está a salvo: «Podemos considerar que la estructura de Notre Dame está a salvo y preservada en su totalidad». «El fuego ha perdido intensidad», remarcó. Más tarde, los bomberos anunciaron que el fuego estaba «controlado», tras varias horas luchando contra las llamas que desfiguraron el edificio.
«El fuego está completamente controlado y parcialmente sofocado. Quedan algunos focos residuales por apagar«, explicó Gabriel Plus, portavoz de los bomberos de París.