La paciencia de los vecinos de la zona comprendida por la calle 50 y la Avenida Montevideo llegó a su límite. Tras dos extenuantes días sin suministro eléctrico, decenas de residentes se volcaron a la vera de la transitada avenida para manifestar su profundo malestar e impotencia ante la falta de respuestas por parte de la empresa distribuidora de energía.
La situación, que comenzó hace 48 horas, ha generado un creciente malestar entre los habitantes, quienes aseguran haber realizado innumerables reclamos telefónicos sin obtener soluciones concretas. La falta de electricidad no solo afecta la vida cotidiana de los vecinos, impidiéndoles realizar tareas básicas, sino que también genera preocupación por la conservación de alimentos, la seguridad y la imposibilidad de llevar adelante actividades laborales y educativas de manera remota.
«Estamos hartos de que no nos den una respuesta. Llamamos y llamamos y nadie nos dice nada. Ya perdimos comida, los chicos no pueden estudiar y vivimos con miedo porque de noche esto es una boca de lobo», expresó visiblemente enojada Marta, una vecina de la calle 51.
La protesta, que comenzó de manera espontánea durante la mañana de hoy, fue creciendo con el correr de las horas. Los vecinos, se hicieron oír al costado de la avenida, generando bocinazos de apoyo por parte de algunos automovilistas que transitaban por la zona.
La tensión escaló cuando los manifestantes amenazaron con cortar por completo la circulación vehicular sobre la Avenida Montevideo si la empresa no ofrece una solución inmediata a su problemática. «Si en las próximas horas no vemos una cuadrilla trabajando para solucionar esto, vamos a tener que tomar medidas más drásticas. No podemos seguir viviendo así», advirtió Juan, otro vecino afectado.
La protesta vecinal pone de manifiesto el hartazgo de la comunidad ante la recurrente problemática de los cortes de luz y la falta de comunicación efectiva por parte de la empresa responsable del suministro. Las próximas horas serán cruciales para determinar si la compañía responde al reclamo desesperado de los vecinos de 50 y Montevideo, evitando así un posible bloqueo de una de las arterias principales de Berisso.