Nos faltaban exactos 50 kilómetros para llegar a destino.
¿Por qué elegimos ese lugar?
Porque muchos años atrás, acampé a orillas de esa laguna y me intrigaba saber si existía aún el camping.
Recuerdo un baño muy particular que disfruté en esas aguas.
Ubiquemos el lugar preciso. La laguna está a 4 km de Pedro Luro, en la puerta de la Patagonia, sur de la provincia de Buenos Aires.
Después de recorrer 710 kilómetros desde nuestro lugar de partida, el Río de la Plata, en este punto comienzan a desaparecer las grandes y frondosas arboledas, empieza a mezclarse la arena y las matas bajas con las plantaciones de cebolla y ajo.
El agua se va convirtiendo en un bien escaso y con el valor que merece aunque no siempre tomemos conciencia de su importancia.
El SECRETO de la Laguna
Esta laguna permite nadar y flotar con mayor soltura, potencia los atardeceres y seca las plantas muy cercanas a su orilla. Su nombre la describe perfectamente: “La Salada».
Pocos esperan esto y se sorprenden al darse el primer chapuzón.
La laguna tiene 400 hectáreas y a pesar de que se alimenta del agua del Río Colorado, su corazón es salado.
Yendo hacia el sur por la Ruta Nacional 3, desviándose a la derecha por un camino rural seco y polvoriento, se llega a este espejo de agua.
El Encanto de un PUEBLO NUEVO
En estos campos, antaño privados, el dueño oyó a sus amigos, que le sugirieron hacer aquí una villa turística. Así fue que el 5 de enero de 1969 se formó el Lago Parque La Salada.
Poco a poco la forestación fue necesaria para retener humedad y paliar los fuertes rayos solares.
Los vecinos y turistas de distintos pueblos comenzaron a acercarse y disfrutar de este espacio.
Atento a ésto la Municipalidad loteó, pero con la condición que el comprador edificase. De esta forma, nació el paraje que ya cuenta con una escuela primaria y un jardín de infantes.
Una parrilla, una pizzería, una hostería y un local de comidas al paso, son los comercios que completan los servicios.
Una de las costas fue declarada Reserva Natural Municipal.
TENIENTE ORIGONE: el nombre del pueblo que evoca la AUDAZ VIDA de un hombre.
Estábamos cerca de poder hacer ese alto en el camino, pero conversar sobre el agua salada y sus bondades recreativas nos recordó que nos faltaba agua para beber.
El cartel junto a la ruta, anunciaba la entrada a Teniente Origone. No lo dudamos. Nos resultaba doblemente tentador: conseguir agua potable y sumar un nuevo pueblo a nuestro recorrido.
Pero esta pequeña población nos sorprendió con su historia tan particular.
Te la cuento en el video, te va a interesar.
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