A pocos meses de finalizar su mandato Jorge Nedela sale a competir en los barrios con la garrafa social.
Luego de tres años y medio de gestión, el municipio comenzará a llegar a los vecinos de cada barrio con garrafas de gas envasado. Con un claro tono electoral el oficialismo, comienza con una tarea que desde otros espacios políticos vienen llevando adelante desde hace años.
La posibilidad de comprar gas a un precio diferencial del que se cobra en los comercios de barrio, han determinado que durante este tiempo una de las agrupaciones políticas haya entregado más de 20.000 unidades. Según trascendió el precio de la garrafa «Nedela» sería de unos 325$ por la de 10 Kg.
En un intento de congraciarse con los sectores más postergados de la ciudad, esta no sería la única medida de corte populista del ex profesor. Consciente de una alta imagen negativa sobre su persona que ronda el 68%, no quiere darse por vencido fácilmente, aunque muchos de su entorno dudan si está a tiempo de revertir una mala gestión, sobre todo en los barrios periféricos.
Las pocas obras que se han hecho en la ciudad desde el 2015 tienen epicentro en los accesos a Berisso o sobre la avenida Montevideo y adyacencias. Para los barrios nunca hay material para arreglar las calles, ni para reparar luminarias. El servicios de recolección baja su calidad a medida que se distancia de la zona céntrica.
En otro orden no ha mejorado el servicio de transporte público de los sectores populares. En materia de seguridad, los recursos disponibles están focalizados también en la zona más acomodada, convirtiendo en un far west la más carenciadas. Todo lo enunciado, marca con claridad el lineamiento de la gestión Nedela. La llegada de su garrafa social, no es un giro en la matriz de la política en el estado municipal, se parece mucho a un asistencialismo de campaña.