En un mensaje que resonó con la mítica Plaza de Mayo, Cristina Fernández de Kirchner, exmandataria argentina, se dirigió hoy a una multitudinaria marcha peronista, no desde el balcón, sino desde su domicilio, donde cumple reclusión. Con un tono desafiante y esperanzador, Kirchner afirmó: «Vamos a volver», en una consigna que no se escuchaba «desde hacía muchísimo tiempo, demasiado tal vez».
La expresidenta, quien agradeció «las increíbles muestras de afecto y de cariño» recibidas, dedicó gran parte de su alocución a criticar duramente el actual modelo económico del gobierno de Javier Milei, al que calificó de «insostenible en términos económicos». Para Kirchner, este modelo «se cae» no solo por ser «injusto e inequitativo», sino porque tiene «vencimiento como el yogur», comparándolo con las políticas de Martínez de Hoz en 1976 y Cavallo en los 90.
«¿Cómo se sostiene un modelo económico donde la gente tiene que tarjetear la comida del día a día y arriba después no puede pagar la tarjeta?», cuestionó Kirchner, y añadió con ironía: «¿Cómo subsiste un país donde es mucho mejor comprar comida, viajar, comprar ropa afuera porque es más barata de lo que está aquí adentro del país?». La exmandataria apuntó directamente al Ministro de Economía, Luis Caputo, a quien tildó de «impresentable» por «alquilar dólares para simular que tiene reservas».
La reclusión como prueba de su influencia y el llamado a la organización
Cristina Kirchner vinculó su actual situación de reclusión domiciliaria a la convicción del «verdadero poder económico» de que el modelo actual «no tiene futuro». «Por eso es que estoy presa», sentenció, y desafió: «Pueden encerrarme a mí, pero no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos».
En referencia a la imposibilidad de salir al balcón de su casa, la expresidenta comentó con sarcasmo: «Menos mal que no tengo macetas con plantas porque ni siquiera las podría regar, qué sé yo. Gente ridícula si las hay». La razón por la cual, según ella, no la «dejan competir» es simple: «Porque saben que pierden».
Ante este escenario, Kirchner instó a la militancia peronista a «organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país. Que no es más ni menos que un modelo económico en el que se enriquecen unos pocos y el resto la ñata contra el vidrio». Este modelo, según su análisis, está «sostenido por un andamiaje judicial» que, mientras permite «adefesios como el decreto 70 que directamente modificó la Constitución», la mantiene a ella «presa».
Democracia sin violencia y el legado peronista
La expresidenta hizo un llamado a defender la democracia «sin violencia, pero con coraje, sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico». Con un tono emotivo, enfatizó que esta defensa se realizará «con amor, con mucho amor como siempre, con amor profundo por esta patria que tantas, tantísimas veces intentaron arrodillar».
Recordando la capacidad de resiliencia del pueblo argentino, Kirchner afirmó que «sabe ponerse de pie, que sabe resistir, que sabe organizarse, que sabe luchar y que si lo expulsan también sabe volver.1 Volvió con Perón, volvió con Néstor».
Un futuro incierto, pero con «sabiduría y unidad»
Pese a la incertidumbre sobre su «futuro inmediato», la expresidenta se mostró firme. Rememoró haber vivido la dictadura, «múltiples intentos de saquear el país», el «sacrificio de Néstor» y «todo lo que nos costó construir aquella década ganada», incluso «un intento de asesinato».
Finalizando su mensaje, Cristina Kirchner aseguró: «Vamos a volver y además vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza».2 Prometió seguir haciendo «todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes, como ustedes siempre han estado también junto a mí». La exmandataria concluyó su discurso destacando lo que considera el mayor activo de su movimiento: «Tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria». «Vamos a volver, argentinos y argentinas, vamos a volver a ser una y mil veces como se ha hecho desde el fondo de la historia. Los pueblos, los pueblos finalmente siempre vuelven», sentenció.