En estos cuatro años de administración neoliberal, Yacimientos Petrolíferos Fiscales fue vapuleada como lo fue el pueblo argentino, el aparato productivo e industrial, las economías regionales, la ciencia y la tecnología.
eor aún, desde el Ministerio de Energía en manos del Grupo Shell, se dio vía libre a una gerencia que apenas asumida dio la espalda al interés popular, conduciéndola por un callejón sin salida al default, como lamentablemente se encuentra ahora.
A pesar de ser propiedad del Estado nacional y las provincias productoras, se rigió como empresa contraria a los intereses nacionales, basándose con exclusividad en criterios de contadores con una fórmula de TIR en la mano, alejándose a áreas o negocios que no tienen como eje a los hidrocarburos, asociándose en el offshore a la noruega Equinor, empresa que tiene en su directorio a una actual asesora petrolera de los kelpers.
La producción de crudo YPF durante los primeros nueve meses de 2019 aumentó solamente en la Cuenca Neuquina, por cierto, la única que creció respecto de 2015, registrándose drásticos retrocesos en las restantes cuencas, destacándose como negativo lo ocurrido con la Cuenca del Golfo San Jorge. En este caso, el desplome es del 14,5%, con una producción reducida en 643.423 m3 (4,05 millones de barriles menos). Algo similar ocurre a nivel provincia: crecimiento casi solitario de Neuquén.
Provincias en retroceso
La provincia de Chubut, con un estancamiento en relación a 2018. Mendoza, Tierra del Fuego y Río Negro desplomándose, mientras que Santa Cruz cayendo 4,6%. En términos de volumen, la peor retracción de YPF se verifica en Santa Cruz, con 556.916 m3 menos respecto a 2015 (3,5 millones de barriles menos). En suma, se aprecia una alarmante caída de la participación de YPF en todas las cuencas más allá de la Neuquina, mientras que en todas las provincias con excepción de Neuquén. La fuerte caída en Santa Cruz y el estancamiento de Chubut son realmente preocupantes.
Futuro sombrío
El escenario futuro es más que sombrío: las inversiones previstas para Vaca Muerta no llegarían a los 2.000 millones de dólares el año entrante. Semejante comportamiento no es propio de una empresa estatal como YPF, si lo que pretendemos de ella es que esté en función del desarrollo genuinamente federal del país.
Lógicamente, no puede haber ni habrá una recuperación plena de YPF sin la profundización de su protagonismo en Vaca Muerta, revirtiendo su desplazamiento del área operada desde el mismísimo desembarco del Grupo Shell en el Ministerio de Energía. Cabe resaltar que este yacimiento no convencional inicio su etapa de pozos piloto en 2012, gracias a la estratégica recuperación y nacionalización de la petrolera nacional en abril de aquel año.
Empresa líder
YPF fue y es la empresa líder en el quiebre de la llamada «curva de aprendizaje» y sin la cual los costos por pozo seguirán en niveles que harían realmente inviable el desarrollo de Vaca Muerta.
Difícilmente otra compañía hubiera podido o querido afrontar el riesgo de comenzar a develar los rasgos de la mencionada formación geológica. Nuestra empresa de bandera deberá retomar su rol histórico y reciente (2012 al 2015) como motor de desarrollo y crecimiento económico y social, así como también en la conformación de clusters de pequeñas y medianas empresas (hidrocarburíferas, de servicios y de tecnología) que operen ajustadas a un parámetro de eficiencia mediante una prestación de servicios eficaces, en todo tipo de cuenca o yacimiento.
Revertir el deterioro
No dudamos que la nueva gestión pegará un giro de 180 grados en relación a la política heredada, promoviendo un desarrollo equitativo y federal (recuperación de las inversiones en las cuencas más allá de la Neuquina y en las provincias productoras con eje en avanzada exploratoria), reorientando la operativa de los niveles técnicos a la nueva concepción de desarrollo integral de la empresa, atendiendo aquellos plays que no solo sumen producción de hidrocarburos sino también que permitan sostener el índice de reposición de reservas, tanto en yacimientos convencionales (con eje en maduros, recuperación secundaria, recuperación terciaria con polímeros, etc.), como en no convencionales.
Dicho sea de paso, contamos con cerca de 10.000 pozos abandonados durante la gestión Macri que podrían reactivarse rápidamente. En esta reactivación, las empresas provinciales y/o YPF podrían jugar un rol protagónico, traccionando pequeñas y medianas productoras locales y extranjeras. La asociación de profesionalismo con política de crecimiento de nuestra empresa de bandera será determinante para volver a lograr un desarrollo integral de la misma. (
InfoGEI)Jd