Los cortes en el suministro de gas a las estaciones de GNC en diversas provincias argentinas han desatado una fuerte alarma en el sector, que no solo denuncia un grave daño económico, sino que ya prepara acciones legales contra las distribuidoras. La medida, que afecta incluso a estaciones con contratos firmes de transporte, obliga a mantener los establecimientos abiertos sin poder despachar, lo que generó indignación entre empresarios y entidades gremiales.

Juan Carlos Basílico, presidente de la Federación del sector, confirmó que ya se está trabajando en la elaboración de reclamos administrativos y acciones legales, sin descartar avanzar judicialmente por incumplimiento contractual y lucro cesante. «El impacto de este corte no es menor: deja a las estaciones sin ingresos, pero con todos sus costos operativos activos, desde salarios hasta servicios e impuestos», advirtió Basílico.

La comunicación de las distribuidoras llegó por correo electrónico, sin especificar plazos para el restablecimiento del servicio. Según explicó la Presidenta de la Cámara de Expendedores de La Pampa, la decisión se atribuye al aumento extremo de la demanda residencial, agravado por las condiciones climáticas y fallas en instalaciones clave. En este escenario, se priorizó el abastecimiento a hogares, hospitales y escuelas, dejando completamente de lado a las estaciones de GNC.

Contratos firmes bajo la lupa y baja presión

Oscar Olivero, Vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC, detalló que, aunque muchos operadores tienen contratos firmes, esta figura también ha mostrado sus limitaciones. «Cada estacionero contrata un volumen anual determinado, y al superar ese cupo, pierde el derecho a seguir recibiendo gas, incluso con contrato firme. Por eso, muchas bocas debieron cortar el servicio al llegar al tope de su capacidad pactada”, explicó.

Para agravar el panorama, Olivero añadió que el gas está llegando con menor presión, lo que dificulta aún más la operación normal. Técnicamente, el sistema no puede sostenerse cuando la infraestructura presenta limitaciones físicas además de las comerciales, lo que complica cualquier planificación para las estaciones, que ya operan con márgenes muy ajustados.

Temor a un colapso repetido y el impacto en la economía regional

En regiones como La Pampa, el fantasma del colapso de 2024 se hace presente. En aquella ocasión, más de 15 días de corte total provocaron el cierre provisorio de decenas de estaciones, con consecuencias económicas que aún no se han recuperado por completo.

Basílico enfatizó que la actividad de las estaciones de GNC es esencial para el funcionamiento del transporte urbano y productivo. «Miles de vehículos a GNC —como taxis, remises y fletes— dependen de su operatividad para trabajar a diario. El freno en el suministro impacta de forma directa sobre la economía regional y sobre el empleo formal del sector”, recalcó.

Frente a esta crítica situación, el sector analiza estrategias legales colectivas. El objetivo principal es lograr el reconocimiento del perjuicio económico sufrido y una revisión del actual sistema de contratos y prioridades, buscando una mayor previsibilidad que es fundamental para la supervivencia de sus negocios.

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