Si bien la situación no es nueva, la ineficiencia del Estado parece haber logrado llevar la palabra » INÚTIL » a su máxima expresión, consiguiendo exasperar hasta a los más apacibles habitantes de la ciudad.


Trabajadores, Docentes, Auxiliares, alumnos, profesionales y vecinos comunes, conviven diariamente con roedores transmisores de enfermedades y su cacería se ha vuelto casi «un deporte local».

Edificio público como el JARDÍN 901 y EL CIC DEL BARRIO OBRERO, son muestras acatadas de la inoperancia de un Municipio que ya no puede controlar ni siquiera las cuestiones más básicas y elementales, como lo son la salubridad y la salud de una población.

Con la ciudad convertida en un gigantesco basural, la aparición de roedores ha crecido masivamente en los últimos tiempos. La falta de recolección y prevención pusieron en jaque la rutina de los centros escolares y de atención al público, poniendo en peligro latente a quienes concurren a estos edificios.

Semanas atrás y luego de las primeras denuncias, el Jardín de infantes, ubicado en pleno centro de la ciudad y el CIC, centro neurálgico de la zona de Barrio Obrero, fueron desinfectados, pero poco tiempo después LOS ROEDORES VOLVIERON A APARECER.

Por estas horas, ambas instituciones, que están muy alejadas unas de otras, sufren las consecuencias del abandono y la ineptitud de un Estado Municipal que ya no puede frenar ni siquiera a las RATAS.

Por tal motivo tanto los docentes, padres y alumnos del Jardín 901, como los trabajadores, profesionales y vecinos que concurren al CIC del Barrio Obrero, intentan frenar esta invasión de roedores, mirando hacia un Municipio conducido por un JORGE NEDELA, que ya no demuestra interés por los vecinos.

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