Aniversario 148

En 1998, el entonces Concejal Dr. Oscar Alberto Alcoba, presentó en el Concejo Deliberante, un proyecto que propuso como fecha fundacional de la ciudad de Berisso, el 24 de junio de 1871.


Las celebraciones comenzarán el lunes 24 de junio a las 9:00 horas, en la sede del Museo 1871 ubicado en calle 32 y Avenida Montevideo. En el lugar se procederá al izamiento del Pabellón Nacional, en donde se entonarán las estrofas del Himno Nacional Argentino y el de la Ciudad de Berisso. Posteriormente se llevará el acto recordatorio de la Fecha Fundacional encabezado por el Jefe Comunal.
Seguidamente a las 10:30 horas se celebrará una Santa Misa en Acción de Gracias por el Aniversario de la Fundación, en la Parroquia Santos Pedro y Pablo en calle 31 y 173 del Barrio Banco Provincia.

NUESTRA HISTORIA

Le designación por Ley del año 1882 de la ciudad de La Plata como Capital de la Provincia de Buenos Aires y el acuerdo de ese mismo año entre el gobierno bonaerense y el nacional para llevar adelante la construcción de un Puerto en la Ensenada, colaboraron para cubrir en parte los efectos de la desocupación producida por la decadencia de la industria saladeril. La construcción del Puerto La Plata impulsada por la Ley Nacional 1258 promulgada en octubre de 1882, revitalizó la zona y confirmó el emplazamiento de los asentamientos de viviendas por el momento realizados sin ningún tipo de planificación.

La historia del poblado que todavía perteneciente al Partido de La Plata, pasaría luego por la instalación de los frigoríficos. Primero sobre el Dock del Puerto se levantó el establecimiento The La Plata Cold Storage, de capital sudafricano. La obra de construcción estuvo a cargo de una empresa australiana que para utilizó más de 35.000 metros cúbicos de conchilla como base, 7 millones de ladrillos, 20.000 cascos de cemento, 1.500 toneladas de cal, 6.000 metros cúbicos de concreto, 1.200 toneladas de hierro y 5 millones de pies cúbicos de madera. El frigorífico comenzó a operar el 11 de julio de 1904 y hasta el final del año se faenaron diariamente 200 novillos y 2.200 capones, con lo que se daba trabajo a unas 700 personas.

En 1907 el establecimiento fue adquirido por la empresa norteamericana Swift (recién cambiará su nombre en 1916), convirtiéndose en el frigorífico más importante de la Argentina: en 1911 por ejemplo, exportó el 45, 6 % de chilled beef, el 24, 9 % de carne ovina y el 15, 8 % de carne congelada del total exportado por el país.

La actividad frigorífica era tan lucrativa que pronto se instaló cerca del anterior otro establecimiento, también de capitales norteamericanos: el Armour. Su inauguración se produjo el 3 de julio de 1915 y asistieron a ella entre otros el Presidente de la República, Victorino de la Plaza y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Marcelino Ugarte.

La industria frigorífica tuvo una notable incidencia en la conformación de la sociedad berissense, la que se vio íntimamente ligada a la actividad. En 1914, sobre un total de 8.847 habitantes, casi 4.000 trabajaban en los establecimientos, muchos de ellos extranjeros como italianos, españoles, árabes, europeos del Este principalmente. En 1935, los operarios llegaban a 6.500, de los cuales un tercio eran mujeres; en 1947 sumaban 11.500, en una población de 34.000.

En este orden vale repasar que las condiciones de trabajo en ambos frigoríficos eran realmente malas, bajo un sistema rígido de control del personal con características de explotación y salarios bajos.

Durante aquellos años a estas actividades relacionadas con la carne se le suman la apertura de la Destilería de Petróleo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en la ciudad de Ensenada, según proyecto del Gral. Mosconi (1923) y de la “Pattent Knitting Bs. As. Limitada” (la que se transformaría luego en la Cooperativa Textil de Berisso), como consecuencia de la promoción efectuada por la Municipalidad de La Plata para la radicación de industrias (1929).

POBLACIÓN DE BERISSO

En sus principios como parte del partido de Magdalena y luego del de Ensenada, la zona de bañados y llanura estaba prácticamente despoblada. Algunos datos permiten apuntar que en 1871 la población aproximada en toda la zona era de 1000 personas.

En 1882 con los comienzos de los trabajos para la realización del Puerto La Plata, los habitantes rondaban entre 1800 y 1900.

Anteriormente en 1841 se había realizado un censo parcial donde el Cuartel 1, que abarcaba aproximadamente los actuales municipios de Berisso y Ensenada, indicaba que la población masculina estaba integrada por 13 porteños, 1 cordobés, 1 correntino, 1 paraguayo, 5 españoles, 3 italianos, 1 escocés y 1 sin determinar haciendo un total de 26 personas.

En un principio, la mayoría de los trabajadores provenían del lado ensenadense, hasta que la excavación para la apertura del puerto se transformó en un obstáculo para el paso.

Al mismo tiempo, comenzó a producirse la llegada de personas extranjeras especialmente de Europa, quienes se sumaron a las tareas portuarias y a ocupar las primeras tierras.

A fines del siglo pasado y a principios del actual, Berisso recibió gran cantidad de inmigrantes, atraídos por las posibilidades laborales que ofrecía el lugar. Estos provenían en su mayoría de Italia, sudeste europeo y de Medio Oriente. Eran rusos, albaneses, griegos, checoslovacos, yugoslavos, polacos, sirios, árabes, búlgaros, armenios, españoles, ucranianos, lituanos que dejaron sus países de origen por diferentes causas: problemas políticos, socioeconómicos e incluso religiosos, además de las guerras mundiales.

Estos inmigrantes, que constituyeron y constituyen la base poblacional de Berisso, si bien se adaptaron y asimilaron rápidamente al nuevo medio en el que les tocó vivir, se fueron agrupando en colectividades que les permitieron mantener vivas sus costumbres, tradiciones y religión.

El censo de 1909 demostró claramente la atracción que la zona producía para los extranjeros que arribaban al país, ya que en el área de Berisso la población aproximada era de 4.746, de los cuales más de 2.400 eran extranjeros, entre los que se destacaban italianos, españoles, y en menor medida franceses, ingleses, uruguayos, brasileños y otras nacionalidades. En 1914, la población alcanzaba a 8.847 personas de las cuales el 30 por ciento era de otras nacionalidades; en 1947 la población era de 33.970 habitantes, de los cuales 9.853 eran extranjeros.

El número de personas de otros países fue disminuyendo durante los siguientes años, como se demuestra en 1960 (tres años después de la autonomía), con 40.983 personas de las cuales 7.500 eran extranjeras.

LOS PRIMEROS CASERÍOS

Las primeras viviendas que se levantaron en los inicios de los saladeros eran ranchos de adobe, los que con el tiempo fueron reemplazadas por casas de chapa y madera.

La instalación de los saladeros no cambió mucho las cosas en los primeros años, sin embargo con los trabajos de construcción del Puerto la situación empezó a variar y después de 1897 comenzaron a rematarse tierras y se fue conformando lo que sería la ciudad.

Las construcciones también variaba de acuerdo a la zona. A las casas de chapa y madera del casco céntrico (adornadas con las típicas cenefas, baños externos, habitaciones cuadradas y altas), se fueron sumando los conventillos de calle Nueva York y las tradicionales construcciones elevadas en la zona ribereña y de islas.

Los primeros barrios no contaban con luz eléctrica, ni agua potable y tampoco alumbrado público. La primera red de agua corriente llegó recién en 1913 desde la ciudad de La Plata, con lo que se colocaron las primeras canillas de las que los vecinos se abastecen.

La instalación del primer alumbrado público mostraba alrededor de quince faroles ubicados cada dos o tres cuadras, mientras que los habitantes alumbraban sus casas con lámparas de kerosene.

 

LAS PRIMERAS ESCUELAS

La primera escuela que abrió en Berisso se instaló en 1885, bajo el amparo de la ley 1420 que trasladó la Escuela Nº 2 Elemental de Niñas desde la Ensenada al caserío de los saladeros. La escuela inicialmente tenía el Nº 15 y funcionó en Montevideo y Punta Arenas en una casilla facilitada por Juan Berisso. El precario establecimiento inició sus clases en marzo de ese año con 67 alumnos y en noviembre llegó a los 115 agrupados desde primero a tercer grado.

En 1891 pasó a denominarse Escuela 35 y a principio de siglo se trasladó a la zona de calle Callao. En 1905 pasó a la esquina de Lisboa y Callao, donde funcionó hasta 1960. Definitivamente quedó establecida en su actual sitio de avenida Montevideo y Punta Arenas, en un edificio de mampostería ya con el número 2.

Un hecho que demuestra con claridad la ubicación de la población y las actividades laborales, es que la segunda escuela creada en 1902 fue la N° 13 en la Isla Paulino. A ellas la siguieron la N° 1 (Centro) en 1905, la N° 4 (actual Barrio Obrero) en 1907, la N° 10 (Los Talas) en 1916, la N° 24 (El Carmen) en 1918, la 23 (La Balandra) en 1919, la N° 6 (frente a plaza Almafuerte) y la N° 5 (Villa San Carlos) en 1920, la N° 3 (Centro) y la N° 9 (calle Nueva York) en 1931. El resto se fue creando principalmente entre 1940 y 1969.

LA ATENCIÓN MÉDICA

La atención de la salud era como en la mayoría de los poblados de entonces precaria y elemental. Hasta 1918 los habitantes de este lugar tenían como zona de atención más cercana la que se realizaba en Ensenada, hasta que en esos años se abrió la sala de primeros auxilios, en una casilla de madera y zinc en calle Barcelona (hoy Domingo Leveratto) a metros de Montevideo. Todos los enfermos y accidentados eran atendidos en ese lugar. Los de más gravedad se llevaban con una ambulancia tirada a caballo hacia La Plata.

En 1927 fue nombrado Director de la Asistencia Pública de la zona el Dr. Leandro Sánchez, hasta que el 3 de marzo de 1948 se inauguró el Hospital Zonal de Agudos de Berisso, siendo su primer director el Dr. Mario Larrain, por el que hoy lleva su nombre.

La Sala era el centro de atención por excelencia y hasta contó con algunas pocas camas para internación y tal fue su influencia que todavía algunos siguen calificando al Hospital Larrain como la Sala.EL

EL TRANSPORTE

primer medio de transporte no tirado a sangre que se instala es el ferrocarril, el que hacía el recorrido desde la localidad de Haedo hasta las canteras de conchillas cercanas al canal Mena. La conchilla que se extraía en esos momentos era utilizada como balasto para el tendido de vías férreas. El tren circuló entre 1895 y 1905 y al levantarse las vías su trazado se transformó en la actual calle Montevideo.

En 1913 llegó el tranvía desde La Plata. Su recorrido finalizaba en Montevideo y Río de Janeiro, para poco tiempo después llegar hasta el Armour y posteriormente con ramales locales la línea 24 a Palo Blanco, la 23 a Los Talas y la 21 a Villa Zula.

El primer colectivo apareció en 1915 a través de una iniciativa particular del Sr. Faroppa, en 1922 surgen otros que trabajan individualmente y que sus dueños le colocaban nombres como “La Esperanza”, “El Triunfo” y “El Rápido”. Fueron los primeros en recorrer la calle Montevideo y se formó luego una empresa denominada “La Berissense”, que no duró mucho y que llegaron a integrar 40 unidades.

En 1932 funcionó otra línea denominada «La Argentina», que tenía su terminal en Montevideo Nº 755. En 1934 se crea la línea Guaraní, la muy recordada N° 9 como se la denominó después, la que fue puesta en marcha por inmigrantes ucranianos en su mayoría, por eso los coches lucían los colores amarillo y azul de su bandera.

En 1934 fue creada la línea 2, que más adelante comenzó a llevar la designación de 202. En sus comienzos recorría Berisso – Punta Lara y la terminal estaba en Montevideo y Progreso, en «la punta del empedrado». En la década del 40 se crea la línea N° 5 que hacía el recorrido Berisso – La Plata.

Otro elemento fundamental para la actividad personal y productiva parta la zona fueron las lanchas que unían con la Isla Paulino, ya que desde su muelle original en calle Alsina, llegó a contar con un servicio de 27 lanchas.

MI PAISAJE

El mío es un paisaje que no tiene
altas cumbres, ni puros manantiales,
ni cielos fulgurantes, ni mares majestuosos.
Tiene un cielo bajito y neblinoso
que hace opaca la luz de las estrellas.
El mío es un paisaje verde triste,
es un a umbría soledad ardiente
con un río tan ancho que no alcanza
a divisarse la costa del oriente,
un río color tierra que hincha el lomo y brama
azotando sin piedad hasta a un a brizna
cuando el viento del sudeste le hinca
sus finas agujas de llovizna.
Es un silbo de zorzales en el monte,
es un chispear de mistos y jilgueros,
es un fulgor de plumaje en la arboleda,
es el ir y venir de un camalote,
es la rudeza de una mano labriega.
El mío es un paisaje verde triste,
de baldío, de engranaje y chimenea,
el mío es un paisaje que descansa
tirado sudoroso en la ribera

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