El objetivo central del Gobierno es bajar la inflación. De alguna manera, está contenida debido a la baja importante del consumo interno, es decir, en supermercados y locales de cercanía.

Pero el aumento promedio en los primeros meses del año es de 107 por ciento. Y no es un indicador promisorio porque todavía faltan dos meses, especialmente diciembre, que suele ser de inflación alta.

También es cierto que las estadísticas suelen esconder realidades. Según el INDEC, en el acumulado del año, los alimentos aumentaron más de 90 por ciento. Pero, por ejemplo, los productos lácteos subieron un 100,3 por ciento, mientras que las verduras aumentaron 157,7. Por lo tanto, ese promedio de 88 por ciento esconde una realidad que es importante analizar.

Además, el INDEC mide 55 productos alimenticios, de los que saca el promedio. Nosotros tomamos 21 de esos artículos, que aumentaron por encima del promedio. Así, en el acumulado del año, la cebolla aumentó 308,48 por ciento; el polvo para flan, 258,08; el tomate redondo, 243,21; la lechuga, 214,29; la sal fina, 188,52; y el queso sardo, 157,68.

En total, el costo de estos bienes es de 97.3339 pesos, con una suba promedio de 141,48 por ciento.

Asimismo, siguiendo con los incrementos en bienes y servicios básicos, los combustibles aumentaron 128,9 por ciento en lo que va del año; telefonía e internet, que es uno de los gastos familiares más importantes, 172; la medicina prepaga, 181; los alquileres, 186,3; el transporte público, 260,1; y la luz y el gas, 380,8.

Por eso, cuando uno escucha que la inflación acumulada es de 107 por ciento, no parece tan fuerte como cuando se empiezan a desmenuzar los rubros. Por eso, hay que ver esto de forma particular según los gastos de cada uno.

También hay que recordar que, en diciembre, hubo una inflación altísima porque hubo una corrección tremenda de precios. Es decir, si la comparación de los precios de los alimentos incluyera diciembre del año pasado, se estaría hablando de porcentajes promedio superiores al 200 por ciento. En algún momento, hasta las propias autoridades reconocieron que aprovecharon las vacaciones para aplicar los primeros aumentos de tarifas.

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