Pareciera un episodio de tiempos pasados, pero actualmente cobra relevancia en la ciudad de Pergamino, un fenómeno que seguramente se replicará en numerosas ciudades y pueblos de Argentina. En los últimos días, han surgido diversos grupos de vecinos que se organizan para revivir el concepto del Club del Trueque.
Se trata de ferias donde se intercambian productos de igual o similar valor debido a la falta o escasez de dinero, una práctica que fue crucial durante la crisis de 2001 e incluso llegó a tener su propia moneda. En la actualidad, estas incipientes iniciativas están resurgiendo, ya que cada vez más habitantes de Pergamino buscan alternativas ante la dificultad de llegar a fin de mes o cubrir los gastos alimentarios diarios.
Una de las impulsoras de esta propuesta es Natalia Fuccia, una vecina que recientemente retomó la práctica del trueque en su vida personal. Al hacer pública su idea, recibió un gran respaldo y formó un grupo de WhatsApp donde los participantes coordinan sus intercambios. Aunque Natalia solo planteó la idea y aclara que no es la organizadora principal, está entusiasmada por asistir a la primera feria que ya tiene lugar y fecha: en el Barrio Jorge Newbery, el próximo domingo 21 del corriente.
«La difícil situación que estamos atravesando hace que, tengamos o no trabajo, no lleguemos a fin de mes; trabajo muchas horas, estoy fuera de casa y, sin embargo, no me alcanza», expresó «Naty» a PRIMERA PLANA.
La iniciativa surgió cuando visitó a su familia en Baradero, donde sus parientes jubilados le comentaron la posibilidad de retomar el trueque. Desde entonces, ha estado llevando a cabo intercambios, como el trueque de ropa por verduras con una verdulería local. «Puse la idea en una página de Facebook preguntando si les interesaba, y ya hay más de 400 personas unidas al WhatsApp», afirmó.
Natalia también reconoció que un solo trabajo ya no es suficiente para afrontar los gastos diarios y que, incluso si quisiera complementarlo con otro empleo u otra ocupación, no tendría suficientes horas en el día. «Trabajo 12 horas al día y no me alcanza; no tengo vida trabajando. Soy madre soltera y tengo hijas. ¿Cómo le dices a un hijo ‘no tengo’ mientras trabajas tantas horas al día?», se cuestionó.
En el grupo de WhatsApp, Federico, uno de los administradores, explicó que la idea es que cualquier vecino interesado en vender o comprar algo pueda hacerlo. Añadió que la propuesta es que cada participante lleve su tablón y su manta con los artículos que deseen intercambiar.