En lo más remoto del continente Eleva, un pequeño archipiélago llamado Bonvaski hace notar su presencia desde la altura. Esteban se acerca con su avión Cessna 206 Statinair, acompañado de su familia, para pasar sus breves vacaciones. Bonvaski no es un lugar turístico reconocido, pero para Esteban representa su lugar en el mundo. Cada vez que enciende los motores para viajar al lugar, exclama con alegría: 

«¡a la aventura muchachos!» y sus hijos acompañan con gran algarabía.

La madre de Esteban, geóloga destacada, investigó las grutas de Bonvaski durante diez años. Esteban pasó su infancia en la isla, explorando sus costas y colinas en compañía de sus amigos, Julián y Joaquín. Sin embargo, ella guardaba un secreto: el pasado de su padre. Solo una vez le dijo: «tu padre no estaba hecho para este mundo», el enigma dejó una huella imborrable en él.

Esteban siente una conexión profunda con Bonvaski, pero su esposa no comparte su fascinación. A pesar de su deseo de explorar nuevos horizontes, ella lo sigue hasta la isla, impulsada por su amor y el deseo de verlo feliz.

Son cinco islas remotas y solo en la isla central hay habitantes.

El primer día ha pasado. Fue un día apacible, aunque la noche está siendo más calurosa de lo normal. Un sonido extraño recorre el lugar.

Algo pone inquietos a los animales que, a pesar de haber oscurecido, no dejan de hacer barullo. 

 Los habitantes salen con antorchas al sendero antiguo y esperan atentos. 

Esteban se reúne con sus amigos Julián y Joaquín.

 Un estruendo, proveniente de las grutas, hace temblar hasta los árboles.

—¿Qué pasó? —pregunta Esteban.

—Proviene de la gruta —responde Julián— Esa que tu madre venía a investigar.

Esteban decide explorar la gruta en cuestión. Julián y Joaquín lo siguen sin dudar. Al entrar, la luz de las antorchas se desvanece. 

 El silencio y la naturalidad del lugar, se restablecen. La noche recupera su estado pacífico y sosegado.

A la mañana siguiente, la esposa de Esteban busca a su marido, pero no logra dar con él. Pregunta a un habitante del lugar y él le dice:

—¿Es usted la única que no sabe lo que ocurrió anoche?

—¿Qué ocurrió anoche? —pregunta ella, intranquila.

Esteban reaparece de manera casi instantánea. Con una sonrisa amplia y un aspecto luminoso, saluda con entusiasmo a su esposa, pero su comportamiento es muy extraño. No responde a las preguntas de ella y se apresura a preparar los bolsos.

—¿Qué te pasó, Esteban? —pregunta ella.

Finalmente, Esteban responde:

 _ Encontré mi origen y mi propósito.

Al llegar la noche, toma de la mano a su esposa y a sus hijos, y los lleva a la orilla del mar. Un barco antiguo emerge de la niebla. Los Helmanos, seres de luz, esperan en la cubierta para llevarlos a una de las islas deshabitadas. Los habitantes conocen la historia. Los Helmanos regresan cada cincuenta años a buscar a quienes consideran aptos para el mundo nuevo. Hay portales en las islas y en el mar que sólo pueden ser traspasados por almas aventureras.

—Este es mi verdadero hogar —dice Esteban, — Quiero que estén conmigo.

Su esposa ve a sus hijos correr hacia el barco, saludando a dos personas que ella no logra divisar a causa de una luz muy potente que se asienta sobre ellos.

—¡Abuelos! —gritan los niños.

La familia se abraza, unida por un gran deseo de aventura que los llevará al nuevo mundo. Los hermanos Julián y Joaquín también son elegidos.

El barco se aleja, perdiéndose en la niebla. Un último estruendo avisa que han traspasado el horizonte. 

Bonvaski no es el único lugar donde la realidad se dobla.

La realidad es una de las muchas puertas que conducen a lo desconocido.

Fin.-

Los seres humanos buscamos significado y propósito en nuestras vidas. Ese camino puede llevarnos a explorar diferentes realidades.

¿Qué es la realidad?

¿Cómo influye nuestra percepción en nuestra comprensión de la realidad?

¿Hay otras realidades más allá de la que percibimos?

Patricia Alejandra Cerdá Íñiguez.-

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