El asado, emblema indiscutido de la mesa argentina, corre el riesgo de transformarse en un artículo de lujo inalcanzable para gran parte de la población.
Según los últimos datos relevados por el Indec y el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el precio de la carne volvió a liderar las subas en el rubro de alimentos durante noviembre, registrando un salto del 8,2% en apenas un mes.
Este incremento se produce en un contexto donde la inflación minorista general alcanzó el 2,5%, el nivel más alto del último semestre, revirtiendo la tendencia a la baja que venía celebrando la gestión de Javier Milei.
La brecha entre el aumento de la carne y el resto de la economía es alarmante. En los últimos doce meses, el producto acumuló un incremento del 72,8%, una cifra que pulveriza la inflación general del 31,4% registrada en el mismo período.
Mientras que otras proteínas como el pollo y el cerdo se mantuvieron alineadas con el índice general, con subas cercanas al 33%, la carne vacuna duplicó ese porcentaje, alejándose drásticamente del poder adquisitivo de los consumidores.
Aunque los salarios reales mostraron una leve recuperación, esta resulta insuficiente para compensar el impacto en los mostradores.
Los especialistas explican que este fenómeno responde principalmente a factores de oferta más que a un aumento en el consumo local. El incremento en el precio de la hacienda en pie, iniciado a mediados de octubre, es el factor determinante que presiona los valores al alza.
Sin embargo, se advierte que el traslado de estos costos a los comercios minoristas no ha sido total, ya que los carniceros intentan sostener el nivel de actividad, lo que sugiere que todavía hay margen para nuevos aumentos en el corto plazo.
Con este panorama, la combinación de caída en el consumo y el encarecimiento desmedido de los cortes vacunos amenaza con cambiar los hábitos alimenticios de las familias. Mientras el Gobierno enfrenta un freno en su objetivo de reducir la inflación, el mercado cárnico anticipa un cierre de año con precios en ascenso, dejando al clásico asado de fin de año en una posición de incertidumbre para el bolsillo de los argentinos.




