Buenas Berisso. Sí, a vos te hablo, ciudadano de la capital provincial del inmigrante, que a menos de dos semanas del 7 de septiembre parece haber sido tomada por una invasión de carteles. Venimos a preguntar por qué no vemos a nadie.

¿Dónde están los candidatos a concejales? ¿Por qué no van a los barrios? ¿O se escondieron detrás del monumento a la Memoria, la Verdad y la Justicia?

Ya varios estamos a punto de pedirle a la policía que emita una alerta de búsqueda. «Se busca: un candidato a concejal. Visto por última vez en un cartel publicitario sonriendo de manera inquietante. Se sabe que le gusta usar eslóganes, pero no recorrer los barrios de Berisso.»

La campaña electoral de Berisso, damas y caballeros, es como un show de stand-up donde el comediante nunca sube al escenario. Nos prometieron un circo político, pero lo único que tenemos son carteles. Carteles tan grandes que, si los juntamos todos, podríamos construir un laberinto para que los candidatos se pierdan y así no tengan que ir a los barrios.

Y hablando de barrios… ¿se acuerdan de esos tiempos gloriosos donde los candidatos se ponían zapatillas, se arremangaban la camisa y visitaban a Doña Rosa para prometerle que la calle iba a tener asfalto? Bueno, parece que ahora tienen una aplicación para eso. Se llama «Puerta a Puerta 2.0» y consiste en mirar el Google Maps desde la comodidad de una oficina o ir a un medio donde les preguntan los que ellos quieren.

«¿Qué dice, Doña Rosa? ¿Necesita alumbrado público? Tranquila, ya le pongo una estrellita en el mapa. Próximo punto, el Señor Juan, que pide un semáforo… Ya le hago un ‘click’ en el semáforo y se lo prometo con un ‘emoji’ de corazón.»

Las únicas «mesas de campaña» que he visto son como puestos de feria de pueblo. Un par de personas con folletos, un termo de mate y esa mirada de «si me preguntan algo, no tengo ni idea». Son el escuadrón de la inercia política. ¿Por qué el candidato no viene? «Ah, está ocupado, tiene una reunión muy importante… con el diseñador gráfico que le está haciendo el próximo cartel.»

Así que, mientras Berisso se prepara para votar el 7 de septiembre, seguiremos patrullando las calles. Quizás, si tenemos suerte, veamos a un candidato a concejal asomando la cabeza por la ventanilla de un auto polarizado. Pero no se hagan ilusiones. Lo más probable es que se estén preparando para la próxima sesión de fotos, donde podrán sonreír una vez más, para un cartel que, irónicamente, nos recordará que están en todas partes… menos donde realmente deberían estar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *