La merma que muestran los combustibles a partir de las subas continuas y la dura situación macroeconómica que atraviesa la Argentina mantiene en rojo intenso los números de las estaciones de servicio.
Sin embargo, el estado de alza que evidencia el crudo internacional motivaría un nuevo aumento doméstico y las petroleras podrían aplicar un «retoque» de al menos un 9% en el transcurso de noviembre.
Esta posibilidad preocupa a los estacioneros, en tanto la demanda de naftas y gasoil acumula 10 meses consecutivos de caída. Tan solo en el último mes, según datos de la Secretaría de Energía, las ventas de combustibles se desplomaron más del 11 por ciento.
Se trata de la caída más baja en lo que va del año y la perspectiva preocupa a los empresarios del expendio, que atraviesan uno de los períodos más complicados en lo que va de la década.
El área de Energía y entidades como la Cámara de Empresarios de Combustibles (CEC) vienen dando cuenta de una disminución continua en la demanda por efecto de los ajustes de precios ocurridos este año y la pérdida del poder adquisitivo de los automovilistas en general.