Los números de contagios crecen día a día. La cantidad de vecinos que sufren la Pandemia sigue en aumento y las medidas sanitarias empiezan a aparecer de manera contundente, demostrando que la tercer ola no es, de ninguna manera, una cuestión sin importancia.

¿Pero cuál es la realidad tras los números del Parte epidemiológico?. Según fuentes oficiales en la ciudad de Berisso se realizan entre 900 y mil hisopados diarios en los diferentes centros de atención.

Este enorme número da que llegado el fin de mes, en Berisso se habrá hecho el test de Covid, al menos, un tercio de su población total, esto sin contar los contactos estrechos que se los estima positivos por cercanía y no se los hisopado aunque si se los registra.

Observando todo esto se puede estimar que por el sistema de salud pasan o están ligados mensualmente, en ésta etapa de Pandemia y por causa del Covid, el 70% de los vecinos de Berisso, lo cual obviamente crea la saturación y el cansancio del personal que en un mes normal atienden entre un 15 y un 20 porciento de los habitantes.

Como ya lo hemos contado en notas anteriores, el propio personal de salud no está exento del contagio. Por el contrario, la continúa exposición al virus sube drásticamente el porcentaje de posibilidades de contraer la bacteria y de hecho son hoy muchas las bajas que sufren los distintos centros de Salud.

Pero otra cuestión importante hoy preocupa a las autoridades; el ya saturado y cansado sistema de Salud, cotidianamente, recibe malos tratos por parte de los vecinos.

Las quejas por las inevitables colas, las consecuentes demoras y posiblemente, el estado de estrés de quienes se van a hisopar, llevan a reacciones beligerantes para con los trabajadores y trabajadoras.

Las quejas de enfermeras, voluntarios, médicos y hasta personal de seguridad, administrativos y limpieza, crecen día a día. Frases como «Son todos vagos», «atendeme ya», «no hacen nada», se escuchan a cotidiano en cada una de los lugares de hisopado.

Pero ¿Por qué las demoras?. Los especialistas explican que no es solo un «hisopo en la Nariz»; primero los trabajadores están en trajes que elevan la temperatura un 30 o 50 % más de la sensación térmica normal; por falta de personal, ya que día a día hay bajas y relevos, muchas veces el trabajador está cumpliendo un doble turno.

Otra de las cuestiones es que con cada hisopado se debe usar un test que tarda un promedio de 15 minutos en reactivar y dar el resultado, para luego completar las planillas que fueron iniciadas a la llegada del paciente.

A todo esto se le suma que el sistema sigue atendiendo a ese 20 porciento de habitantes que concurren al hospital por otras cuestiones, algunas de ellas de Urgencia.

Es una obviedad decir que estos trabajadores son «seres humanos», aunque algunos no lo recuerden y sería lógico que se les agradezca con lo mínimo e indispensable que cada uno puede brindar RESPETO.

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