Como cada 10 de junio, hoy recordamos un nuevo aniversario de la creación, en 1829, de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico. Su instauración fue la afirmación de nuestra soberanía sobre las islas desde nuestra emancipación y en condición de legítima heredera de España de estos territorios.

Durante aquellos años, desde Buenos Aires se dictaron normas y se establecieron estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de nuestra soberanía, fomentando el desarrollo de actividades comerciales, el asentamiento de población y el establecimiento de una sede de Gobierno, hace ya 192 años, a cuyo frente quedó el entonces gobernador Luis Vernet.

Este ejercicio efectivo de soberanía se interrumpió el 3 de enero de 1833, cuando el Reino Unido expulsó, mediante un acto de fuerza, a las legítimas autoridades argentinas y a la población que allí vivía, quebrantando la integridad territorial de nuestro país. Este acto de fuerza no fue consentido por ningún Gobierno argentino.

A partir de esa fecha, y, desde entonces, las islas son objeto de una disputa de soberanía con el Reino Unido, la que es reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante la Resolución 2065 de la Asamblea General, aprobada el 16 de diciembre de 1965.

En cumplimiento de ésta, desde 1966, ambos países llevaron a cabo negociaciones para alcanzar una solución pacífica a la disputa.

Pese a las innumerables invitaciones de la Argentina y a la exhortación de las Naciones Unidas, el Reino Unido se negó de manera sistemática a retomar las negociaciones de soberanía e inició en 1976 su intento de reemplazar la fórmula de negociación, por la de contemplar “los deseos de los isleños” como única solución.

Desde 1833, durante casi 150 años la Argentina produjo constantes reclamos diplomáticos, sin resultados concretos. El conflicto tuvo avances y retrocesos, pero nunca se llegó al reconocimiento esperado por nuestro país.

Hacia fines de 1981, las autoridades argentinas percibieron por parte de Gran Bretaña indicios contradictorios en el manejo del tema, que tendían a congelar las negociaciones. Fue así como dispusieron la previsión de planes militares, y devino luego la Guerra de Malvinas

La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y de conformidad con el Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable de todos los argentinos, tal como lo establece la Disposición Transitoria Primera –de 1994- de nuestra Constitución Nacional.

39 años después del Conflicto del Atlántico Sur

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, se ha expresado la necesidad de reanudar las negociaciones bilaterales a la brevedad posible, que han sido reiteradas por 10 resoluciones de la Asamblea General, y 37 resoluciones del Comité Especial de Descolonización de la ONU y por la comunidad internacional en numerosas declaraciones de foros multilaterales tales como la OEA, el G77 más China, la Cumbre Iberoamericana, la CELAC, el MERCOSUR, el PARLASUR, el Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA) y la Cumbre Países Árabes – Sudamérica (ASPA).

En su discurso de asunción frente a la Asamblea Legislativa, el Presidente Alberto Fernández afirmó que «no hay más lugar para colonialismos en el Siglo XXI» y planteó que para la democracia argentina no existe otro camino que el de la diplomacia y la paz para hacer valer su demanda.

El Gobierno de la República Argentina está abocado al diseño y la implementación de políticas de Estado para la consecución de ese objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino. Dichas acciones deben estar orientadas al mediano y largo plazo para que puedan perdurar más allá de los cambios de gobierno y sirvan mejor a los intereses permanentes de la Patria, en el marco de la pluralidad y la riqueza que caracterizan a nuestra democracia.

A tal efecto, el Gobierno argentino continúa trabajando para consolidar el apoyo de la comunidad internacional en la Cuestión de las Islas Malvinas y defender de manera inclaudicable sus derechos soberanos en el Atlántico Sur. Las ilegítimas actividades de exploración y explotación de los recursos naturales y la desproporcionada e injustificada presencia militar británica en el Atlántico Sur son acciones contrarias a la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas, que insta a las partes a abstenerse de introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras se encuentre pendiente la disputa de soberanía.

Las acciones tendientes a afirmar los derechos argentinos sobre los archipiélagos del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes parten de la sincera y profunda convicción de que éstas deben ser llevadas a cabo de manera pacífica, evitando la militarización del Atlántico Sur, y guiadas por valores humanitarios universales.

La República Argentina reitera una vez más su derecho inalienable sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, así como su firme disposición a reanudar a la brevedad las negociaciones de soberanía con el Reino Unido para dar una solución definitiva a esta situación colonial.

¿Por qué las Malvinas son y serán argentinas?

Por razones históricas: Fueron de España hasta 1811 y, en consecuencia, de Argentina –por herencia- hasta 1833 cuando fueron usurpadas por Gran Bretaña (en plena paz y amistad con nuestro país). El pabellón celeste y blanco fue izado en suelo malvinense el 6 de noviembre de 1820, por el Coronel de Marina David Jewett, comandante de la Fragata “Heroína”.

Por razones geográficas: Se hallan dentro de la plataforma submarina argentina, a una distancia de 346 kilómetros de la costa continental (y a 12.000 kilómetros de Inglaterra).

Por razones de derecho internacional: Desde el Tratado de Tordesillas y por tratados sucesivos, siempre fueron españolas. Argentina las heredó, ocupó y ejerció su soberanía.

Porque desde 1833 en que fueron usurpadas por Inglaterra, nunca se ha renunciado a ellas.

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