Una empresa de capitales nacionales con un socio extranjero, se encuentra abocada a la búsqueda un predio en el Gran Rosario para instalar la planta que fabricará el Nuevo Rastrojero. El nuevo modelo estará destinado a pequeños productores agropecuarios, pero ahora con motorización eléctrica.
El utilitario Rastrojero, creado en 1952 durante el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, fabricado y desarrollado por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), luego por la Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas (DINFIA) y finalmente por Industrias Mecánicas del Estado (IME), dejó de fabricarse en 1979 durante la Dictadura Cívico Militar, primer intento fallido de establecer el neoliberalismo en la Argentina.
Al momento de cerrarse su fabricación, este vehículo representaba más del 70% del mercado de las camionetas diésel del país. Llegó a liderar el mercado nacional en su segmento, con dos generaciones y varias versiones que incluso se exportaron a Cuba, Chile, Perú, Uruguay y Bolivia.
El Rastrojero, que nació pensado para tareas rurales, como parte de un proyecto nacional, en una época de estímulo a la creación de trabajo y fomento a la industria nacional, ahora será nuevamente fabricado en el país, a la luz del nuevo gobierno que asumirá en próximo 10 de diciembre, en la planta que estará en Rosario. (Video)
Carlos Ptaschne, presidente de “Nuevo Rastrojero SA”, la empresa fundada con este propósito de revivir un ícono de la historia automotriz nacional, confirmó que “el tema técnico, que es lo más complicado, está definido y también la estrategia de proveedores. Hay inversión. Estamos muy avanzados, el sueño ya está pasando a ser realidad”.
Capitales nacionales
El proyecto está en pleno desarrollo, fondeados con capitales nacionales y un importante socio extranjero que viene del rubro Internet. Por ahora, no brindan más detalles al respecto. Lo cierto es que han decidido que Rosario sea el principal emplazamiento de la línea de montaje, y para ello están estudiando la periferia de la ciudad para elegir un predio a comprar e instalarse. Luego vendrá la etapa de la construcción de la planta, y la fabricación del primer prototipo, con lo que estiman que la probable salida al mercado será para el año 2021.
La marca Rastrojero quedó abandonada en los 80, luego de la disolución de su fabricante estatal IME (Industrias Mecánicas del Estado). Hubo un intento de una automotriz japonesa por adueñarse de ella, pero quedó en la nada. Ahora, esta sociedad, Nuevo Rastrojero SA, logró hacerse de los derechos sobre la histórica marca.
Bajo costo operativo
En tiempos donde cuidar el bolsillo se hace necesario, se repiten las fórmulas a las que alguna vez el país recurrió para salir del pozo. Y el Rastrojero primero surgió así, como una alternativa de muy bajo costo operativo. “Por eso fue muy popular. En su momento en Argentina cambiaron los paradigmas energéticos y hacía falta un vehículo de esas características. Ahora está pasando lo mismo. Existe la necesidad de bajar el costo y tener un vehículo sencillo”, recalcó Ptaschne.
Ya no será el conocido motor diésel que caracterizó a este vehículo. Traerá un motor eléctrico en cada rueda, con alto torque y una velocidad que no superará los 120 kilómetros horarios, según calculan.
Clásico-moderno
El nuevo Rastrojero prometer ser una combinación de lo clásico y lo moderno. Y lo mejor de todo es que seguramente le dará trabajo a muchos rosarinos. Es que la planta para la línea de montaje se instalará en la ciudad. “Hicimos un estudio con la UTN y Rosario tiene todas las características necesarias. Hay muy buena calidad en administración, gente capaz, juventud y fuerza para poder armar un vehículo de estos”, confirmó Ptaschne, quien aprendió a manejar en 1978, obviamente, a bordo de un Rastrojero.
El flamante modelo no perderá su esencia. Será un vehículo rural, como su antecesor, destinado especialmente a pequeños y medianos productores agropecuarios, según destacó Ptaschne. Por último, el titular de la compañía destacó un detalle: «La empresa se formó por Internet. Todos nos contactamos por email, por skype, videoconferencias, todo con costos bajísimos. Es la demostración de que se pueden hacer grandes cosas, eficaces, y con poco dinero».
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