La grieta entre la UCR y el PRO local se agiganta a medida que se acercan las elecciones
La alianza original de CAMBIEMOS en nuestra ciudad ha ido mutando en su conformación, al punto que el PRO hoy es solo un actor de reparto. Atrás quedó el tiempo donde los referentes del Pro en Berisso, se sentaban en la mesa chica del intendente y tenían injerencia en las decisiones de gobierno. Luego del triunfo electoral en 2017, Jorge Nedela mando a cuartel de invierno a sus ex aliados. La estrategia fue clara, invisibilizarlos y fundamentalmente quitarle el manejo de la caja.
La llegada del correligionario Daniel Garcia en reemplazo de Alberto Amiel fue el punto de quiebre. A partir de allí los hombres Pro de Berisso perdieron el poder por completo. Algunos fueron relegados al Concejo deliberante donde solo acatan las órdenes de Nedela y otros, en puestos ornamentales que les brindan jugosos salarios pero sin capacidad de movimiento.
La articulación política de la gestión municipal se realiza a través de las secretarías, desde las cuales se maneja la mayor parte del presupuesto . De las siete que existen en el organigrama municipal, el Pro no tiene ninguna. Por consiguiente los más de 1100 millones de pesos previstos para el 2019 están en manos de radicales y aliados, dejando al PRO con la ñata contra el vidrio.
En las reuniones internas del Pro , donde se analizan los pasos a seguir de cara a las elecciones a desarrollarse este año, es tiempo de definiciones. Miembros de ese sector político aseguraron a este cronista que solo esperan la orden desde provincia para patear el tablero. No son pocos quienes ya no toleran el destrato político del intendente Nedela, y cada vez cobra más fuerza la idea de avanzar con candidato propio.
En el Honorable concejo deliberante donde los radicales tienen al presidente Matías Nanni y al secretario Rubén Sagarduy ( con 48 millones de presupuesto), plantearon adelantarse a la jugada.
No sería extraño que en los próximos días sienten en su banca a otro radical electo en 2015 y concreten así el divorcio político definitivo.